02-03-2023

*Los Cinco Minutos del Espíritu Santo*

Miércoles, 2 de agosto, 2023

Cuando le perdemos el miedo al Espíritu Santo, y sabemos confiar en él, entonces de verdad podemos descansar en su presencia, nuestro vacío interior se va llenando con lo único que de verdad lo sana: el amor. Ese hueco vacío que tenemos adentro, esa profunda soledad enferma que a veces nos reclama como un nudo en la garganta, sólo se llena con el amor: dejándonos amar por el Espíritu Santo, e intentando amar a los demás cada día. No nos saciamos alimentando las excusas, sino alimentando los motivos para dejarnos amar y para amar generosamente.

Pero si optamos por vivir de manera superficial, pensando sólo en nuestra comodidad y buscando permanentemente distracciones engañosas, la vida misma nos golpeará para que reaccionemos. Las cosas que nos pasen, las renuncias que tengamos que realizar, nos obligarán a enfrentar ese vacío interior que tenemos. El dolor profundo de una pérdida cualquiera nos llevará a preguntarnos por el sentido de nuestra vida.

No es que Dios nos castigue para que aprendamos. Es la vida misma, que está llena de pérdidas, porque todo pasa, todo se acaba, y cuando perdemos una seguridad que nos permitía aferrarnos a algo, entonces no nos queda más que preguntarnos para qué vivimos. Si estamos sufriendo por algo, pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a aprender algo de ese sufrimiento, que entendamos el mensaje que tenemos que aprender de ese problema. Entonces, nuestro sufrimiento servirá para algo.

01-08-2022

*Los Cinco Minutos del Espíritu Santo*

Martes, 1 de agosto, 2023

_»Ven Espíritu Santo. Me han dicho que soy como un diamante en bruto, una piedra preciosa que está llamada a resplandecer con toda su belleza. Pero para ofrecer todo mi brillo, necesito ser tallado, pulido, trabajado Ven Espíritu Santo. Ven a tallar este diamante que tú has creado, ven a sacar de mí todo lo bello que tú mismo me has regalado. De mi corazón pequeño saca los mejores actos de amor; de mis labios saca las mejores sonrisas y las mejores palabras; de mis ojos saca las miradas más buenas, comprensivas y pacientes; de mis manos saca las mejores acciones, las mejores caricias, los gestos más bellos. Ven Espíritu Santo, a realizar tu obra en mi vida._
_Amén.»_