*Los Cinco Minutos del Espíritu Santo*
Viernes, 30 de septiembre, 2022
Nosotros buscamos al Espíritu Santo, no solamente para vivir bien, sino también para santificarnos, para llegar a lo más alto de la vida espiritual. Ofrezcámonos al Espíritu Santo, hagamos una profunda consagración de nuestras vidas, para que él nos trasforme completamente. Expresemos este deseo con las palabras de Dom Vandeur:
_»Espíritu Santo, amor unitivo del Padre y del Hijo, _
_fuego sagrado que Jesucristo nuestro Señor trajo a la tierra, _
_para quemarnos a todos en la llama del eterno amor. _
_Te adoro, te bendigo, y aspiro con toda el alma a darte gloria. _
_Con este fin, te hago esta ofrenda con todo mi ser, _
_cuerpo y alma, espíritu, corazón, voluntad, _
_fuerzas físicas y espirituales._
_Me doy a ti y me entrego tan plenamente _
_como le sea posible a tu gracia, _
_a las acciones divinas y misericordiosas _
_de ese amor que eres tú, en la unidad del Padre y del Hijo._
_Llama ardiente e infinita de la Santísima Trinidad, _
_deposita en mi alma la chispa de tu amor, _
_para que la llene hasta desbordar de ti mismo;_
_para que transformada por la acción de tu fuego en caridad viva, _
_pueda, con mi sacrificio, irradiar luz y calor _
_a todos los que se me acerquen_
_Amén.»_
29-09-2022
*Los Cinco Minutos del Espíritu Santo*
Jueves, 29 de septiembre, 2022
Recordemos que _»donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad»_ (2 Corintios 3,17).
Nosotros creemos que somos libres cuando estamos solos, cuando nadie nos molesta, cuando podemos hacer lo que queremos, cuando nos dejamos llevar por nuestras inclinaciones naturales. Una persona que se entrega al alcohol o a la droga se engaña creyendo que es más libre que los que no lo hacen. Pero los demás pueden ver cómo esa persona cada vez está más limitada, cada vez está más dependiente del alcohol y de la droga, cada vez es menos libre para elegir otras cosas, hasta que le resulta imposible vivir sin el vicio. ¿Quién puede ser tan ingenuo como para llamarle libertad a eso?
La libertad es un don que Dios nos da para que vayamos haciendo un camino positivo en la vida, un camino que nos lleve a la felicidad. En ese camino el Espíritu Santo nos va sanando y nos va liberando de las cosas que nos esclavizan, y así cada vez somos más libres: nada se nos hace indispensable, nada se nos hace absoluto, somos realmente libres para elegir porque nada nos domina. Esa es la libertad del Espíritu. Pero en realidad, cuando San Pablo nos habla de la libertad del Espíritu Santo, quiere decir que no nos sentimos obligados a ser buenos y santos, sino que lo hacemos porque estamos inclinados a eso desde lo más profundo de nuestra libertad; vivimos bien porque así lo elegimos con toda libertad. Nadie podrá decirnos que estamos obligados a amar a Dios. El amor es libre o no es amor, porque es imposible obligar a alguien a amar. Esa es la maravillosa libertad del Espíritu Santo.
https://youtu.be/gvs6Hbv1N_g
28-09-2022
Los Cinco Minutos del Espíritu Santo
Miércoles, 28 de septiembre, 2022
Cuando alguien está sereno y pacificado por dentro, es capaz de percibir la armonía que hay en el universo; pero si está inquieto y perturbado, todo lo que ve y escucha le parece fuera de lugar.
De hecho, cuando una persona está en armonía por dentro, cuando va al campo es capaz de gozar percibiendo la armonía que hay entre todos los sonidos que se escuchan al atardecer.
Los distintos pájaros, las vacas, el ruido del pasto y de las ramas que se mueven, algunas voces, y hasta los rumores de la carretera que se oyen lejanos. Todo produce una preciosa armonía.
Pero la persona que no está pacificada por dentro se siente molesta por esos sonidos. Quisiera un silencio absoluto, o desearía oír sólo algunos de esos sonidos, y no otros. Quiere que el mundo se adapte a sus pretensiones. Y no encuentra calma.
Por eso, tenemos que descubrir que lo más importante no es que el mundo cambie, sino que cambiemos nosotros. Pidamos al Espíritu que armonice nuestro interior, para que así podamos estar en armonía con la vida.
27-09-2022
*Los Cinco Minutos del Espíritu Santo*
Martes, 27 de septiembre, 2022
Hoy recordamos al generoso San Vicente de Paul, y así podemos descubrir de qué manera actúa el Espíritu Santo cuando hay hermanos sufriendo necesidades.
Luego de ser ordenado sacerdote a los 19 años, fue tomado preso por los turcos, que lo llevaron a Túnez y lo vendieron como esclavo a un viejo médico. De este médico aprendió varios métodos medicinales que luego utilizó. Al morir el médico, se apoderó de él un hombre a quien convirtió, y juntos viajaron a Roma. Después volvió a París y dejó para siempre las aventuras para dedicarse de lleno a los pobres, enfermos y condenados a esclavitud. Así vivía aquel consejo bíblico: _»Acuérdense de los presos, como si estuvieran presos con ellos, y de los maltratados, recordando que ustedes también tienen un cuerpo»_ (Hebreos 13,3).
Fundó una congregación para la predicación en las poblaciones rurales, y una congregación femenina para atender enfermos y asistir a los pobres en sus domicilios. Promovió la fundación de hospitales para niños, asilos para ancianos, y organizó la ayuda a las poblaciones más pobres. Tenía el gran objetivo de erradicar la mendicidad, y logró convocar a toda la sociedad francesa para cumplirlo. Su pasión por los pobres logró motivar hasta a los más fríos e indiferentes.
Ese cambio sólo es posible por la acción del Espíritu Santo, porque sólo él nos saca de la comodidad egoísta para que sepamos mirar a los demás con verdadero amor. El Espíritu Santo coloca en nosotros la mirada de Jesús, que es capaz de compadecerse de corazón al ver a los que sufren sin tener quien los auxilie.
Por eso, cuando alguien está padeciendo, sin poder resolver sus necesidades más urgentes, no es porque Dios no desee liberarlo, sino porque alguno de los instrumentos humanos que podrían ayudarlo no se deja tocar por el Espíritu Santo, no se deja movilizar por su amor. Los que se dejan llevar por el Espíritu Santo, no sólo son generosos, sino que son creativos, inquietos para encontrar la forma de hacer felices a los demás. En San Vicente de Paul podemos reconocer a un instrumento fiel y creativo, que se entregó con entusiasmo a buscar los medios para auxiliar a los enfermos y a los pobres, y el Espíritu Santo manifestó su poder y su amor a través de la misericordia y de la entrega laboriosa de Vicente.
https://youtu.be/uqWH3ANtaOU
26-09-2022
*Los Cinco Minutos del Espíritu Santo*
Lunes, 26 de septiembre, 2022
A veces nuestra vida está tan sumergida en la mediocridad, el egoísmo y la comodidad, que sólo un terremoto podría despertarnos y cambiarnos. Por eso el Espíritu Santo puede permitir algún terremoto para que nos decidamos a vivir en serio.
Ese es el sentido de algunos textos bíblicos, que parecen de terror, pero que en realidad nos quieren decir que, si no aceptamos la vida nueva del Espíritu y nos aferramos a seguridades de este mundo, llegará un momento en que esas seguridades van a caer destruidas.
Pero la Palabra de Dios en realidad quiere consolarnos, porque nos dice que eso no será nuestra ruina sino nuestra liberación. Porque cuando se caigan todas esas seguridades podremos estar desprendidos de todo ante el Espíritu Santo, y aceptaremos su invitación a vivir de otra manera:
_»Habrá un tiempo de angustia, como nunca ha sucedido desde que surgieron las naciones; ese día será salvado mi pueblo»_ (Daniel 12,1).
_»Cuando comiencen a suceder estas cosas, levanten la cabeza, porque se acerca la liberación»_ (Lucas 21,28).
Por eso cuentan los Hechos de los Apóstoles que _»de improviso vino un terremoto tan fuerte que se movieron los fundamentos de la prisión. Entonces, todas las puertas se abrieron y se rompieron las cadenas de todos»_ (Hechos 16,26).
Dejemos que suceda algún terremoto en nuestras vidas, para que el Espíritu Santo pueda abrir nuestras puertas y romper nuestras cadenas.
25-09-2022
Los Cinco Minutos del Espíritu Santo
Domingo, 25 de septiembre, 2022
«Ven Espíritu Santo, a limpiar mis miserias.
No quiero que mis debilidades y pecados me quiten la alegría, la fuerza, la energía, el empuje de mi entrega. No quiero que mis errores me detengan y me debiliten. Porque tú tampoco lo quieres.
Pero necesitas que reconozca mis pecados y no te los oculte, para así poder sanarme. Esperas que mire con claridad mis errores, sin excusas. No te agrada que me paralicen los escrúpulos y la culpa, pero esperas que reconozca ante ti mis caídas, para poder liberarme.
Ven Espíritu Santo, no puedo ocultarte nada. Todo está claro y patente ante tu mirada que todo lo ve, que me penetra por completo. Todo lo sabes, y no tiene sentido que intente escapar avergonzado.
Tu amor me espera con infinita ternura para quemarlo todo en ese fuego abrasador.
Límpiame una vez más Espíritu Santo, porque quiero hacer de mi vida una ofrenda cada día más bella.
Amén.»
24-09-2022
*Los Cinco Minutos del Espíritu Santo*
Sâbado, 24 de septiembre, 2022
No podemos olvidar que Jesús nos ha dejado un precioso regalo que nos ayuda a tomar conciencia de que él está: su presencia en la Eucaristía.
El Espíritu Santo es el que convierte el pan en Jesús. Por eso, en la Misa, el sacerdote invoca al Espíritu Santo para que descienda sobre los dones del altar.
Entonces, podemos pedirle al Espíritu Santo que nos ilumine, para reconocer la presencia de Jesús en la Eucaristía y para que podamos encontrarnos con él.
Cuando nos ponemos a orar frente al sagrario, o cuando lo contemplamos en una adoración eucarística, podemos reconocerlo a Jesús presente frente a nosotros, dispuesto a entablar un diálogo cercano, íntimo, sincero. Y aunque a Jesús podemos encontrarlo en todas partes, su presencia en la Eucaristía es la más perfecta de todas.
Por eso, si deseamos estar en su presencia, no hay nada mejor que invocar al Espíritu Santo, y colocarnos frente a la Eucaristía, mirarlo, dejarnos mirar por él, hablarle de nuestras cosas, escuchar su delicada voz.
Ese momento puede llenarnos de fuerza y de paz, porque de la Eucaristía brota la vida del Espíritu Santo; allí se derrama el Espíritu para nosotros.
https://youtu.be/nBm30MZ1yvg
23-09-2022
*Los Cinco Minutos del Espíritu Santo*
Viernes, 23 de septiembre, 2022
Nuestro corazón humano está permanentemente inclinado al egoísmo. Es imposible que sólo con sus propias fuerzas logre dar el paso hacia una verdadera generosidad.
A veces sentimos que sería bello entregar la vida en el servicio, con un amor verdaderamente preocupado por los demás, capaz de darlo todo. Pero al mismo tiempo sentimos que no somos capaces, que de inmediato nos preocupamos por nuestras cosas, y los demás quedan para otro momento. Muchas veces nos engañamos creyendo que amamos, pero en realidad buscamos a las personas que puedan hacernos sentir bien. Eso no es más que otra forma de buscarse a sí mismo, y de tener a los demás al servicio de las propias necesidades.
Ya que es imposible cambiar eso con nuestras fuerzas, no nos queda más que pedirle cada día al Espíritu Santo que nos regale un corazón generoso.
Sin embargo, podemos cooperar con el Espíritu Santo, ya que él no nos cambia sin nosotros. Él debe derramar primero su amor y su gracia, pero ese amor no produce frutos, no crece, no termina de cambiar nuestro comportamiento, sin alguna cooperación de nuestra parte.
Además de suplicar, nosotros podemos cooperar de distintas maneras. Por ejemplo, tratando de motivarnos, para que se despierten más inquietudes en nuestro corazón y descubramos que es bello ser generosos. Entonces, podemos leer cosas que nos motiven a la generosidad, podemos escuchar canciones que nos ayuden a alimentar ese deseo, y evitar todo lo que alimente nuestro egoísmo. Otra manera de cooperar con el Espíritu Santo es hacer algunos intentos, aunque sea pequeño, de dedicar tiempo a los demás, de renunciar a algo por la felicidad de otro.
Esta cooperación nuestra, como respuesta a la gracia del Espíritu Santo, permitirá que un día logremos tomar una decisión firme y clara de darnos a los demás, de donarnos generosamente, de estar atentos a las necesidades de los demás para ayudarlos a ser felices. Esa decisión sincera será un cambio precioso en nuestra vida.
22-09-2022
*Los Cinco Minutos del Espíritu Santo*
Jueves, 22 de septiembre, 2022
_»Ven Espíritu Santo, y enséñame a esperar. _
_Porque las cosas que deseo no llegan rápidamente, enséñame a esperar. _
_Porque no puedo pretender que los demás cambien de un día para el otro, enséñame a esperar._
_Porque yo mismo voy cambiando muy lentamente, enséñame a esperar. _
_Porque la vida tiene sus estaciones y todo llega a su tiempo, enséñame a esperar. _
_Para que acepte que no estoy en el cielo sino en la tierra, enséñame a esperar._
_Para que no le exija a este día lo que no me puede dar, enséñame a esperar. _
_Para que reconozca que el mundo no puede estar a mi servicio, enséñame a esperar. _
_Ven Espíritu Santo, y enséñame a aceptar que muchas cosas se posterguen, para que valore lo que la vida me propone ahora, aunque sea pequeño, aunque parezca poco._
_Ven Espíritu Santo, enséñame a esperar._
_Amén.»_
21-09-2022
*Los Cinco Minutos del Espíritu Santo*
Miércoles, 21 de septiembre, 2022
Hoy es la fiesta de San Mateo. El cambio que él vivió en su vida nos hace ver hasta qué punto el Espíritu Santo puede modificar nuestros planes y llevarnos a dónde no imaginamos.
Mateo era un cobrador de impuestos, alguien tan enamorado del dinero que era capaz de aceptar cualquier trabajo, aunque tuviera que explotar a su propio pueblo para enriquecerse. Ciertamente, los pobres pescadores de Galilea habrán sentido un fuerte rechazo hacia este explotador que estaba al servicio del poder extranjero.
Por eso, en la conversión de Mateo se manifiesta lo que puede llegar a hacer el Espíritu Santo en un corazón humano, la maravillosa liberación que puede producirse cuando alguien se deja tocar y seducir por su fuego. Porque aquel esclavo de las seguridades económicas, al escuchar el _»sígueme»_ de Jesús, abandonó la mesa de cobrador de impuestos y lo siguió (Mateo 9,9). Mateo era uno de esos pecadores que Jesús quería convertir, y por eso se acercaba a él y lo invitaba a seguirlo.
El Evangelio de San Mateo se detiene a narrar la cercanía de Jesús con los pecadores, su compasión y su amor, porque esa actitud de Jesús fue la que él mismo reconoció en sus ojos y en su voz cuando Jesús pasó por su mesa de cobrador de impuestos, y simplemente le dijo sígueme.
Sólo el Espíritu Santo nos hace capaces de escuchar ese llamado y de seguirlo hasta el fin.