Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 309 de 365
Jeremías 48
Eclesiástico 21, 1-14
Juan 9, 24-41
Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 309 de 365
Jeremías 48
Eclesiástico 21, 1-14
Juan 9, 24-41
*Del santo Evangelio según san Marcos: 13, 33-37*
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Velen y estén preparados, porque no saben cuándo llegará el momento. Así como un hombre que se va de viaje, deja su casa y encomienda a cada quien lo que debe hacer y encarga al portero que esté velando, así también velen ustedes, pues no saben a qué hora va a regresar el dueño de la casa: si al anochecer, a la medianoche, al canto del gallo o a la madrugada.
No vaya a suceder que llegue de repente y los halle durmiendo. Lo que les digo a ustedes, lo digo para todos: permanezcan alerta». _Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús._
*Reflexión del Evangelio*
Comenzamos un nuevo año litúrgico. En la introducción de la Eucaristía convendría dejar claro que el adviento tiene dos partes distintas. Relacionadas, pero distintas. Y no conviene hablar de la segunda parte hasta que llegue el momento porque, de lo contrario, no ayudamos a vivir el acontecimiento que celebramos en la primera parte.
La primera parte del adviento tiene una dimensión eminentemente escatológica. No está dedicada a preparar el misterio de Navidad, sino a celebrar un importante artículo del Credo, el que dice que el Señor de nuevo vendrá con gloria, al final de los tiempos, para juzgar a vivos y muertos. La primera parte del adviento no se refiere al pasado, sino al futuro; no celebra lo ya acontecido, sino lo que vendrá.
¿Qué interés tiene este artículo de la fe, que dice que el Señor vendrá para juzgar, o sea, para dejar claras todas las cosas, para poner orden en toda la realidad? Mucho. Según lo que esperamos y a quien esperamos, así vivimos. Quien espera, aún en medio de muchos dolores, la curación de una enfermedad, vive con mucha más alegría que quien, sin sufrir tanto, sabe que con su enfermedad tiene los días contados. Quien espera la pronta liberación, aún en medio de sufrimientos e incomodidades, vive con más alegría que quien sólo espera la muerte. Nosotros esperamos “vuelta” del Señor, o sea, esperamos encontrarnos con él al final de nuestra vida.
En este sentido es importante que hoy se proclame el prefacio tercero de la liturgia del adviento, ese que dice que “Cristo, Señor y Juez de la historia, aparecerá un día revestido de poder y de gloria sobre las nubes del cielo”. Y en ese día glorioso “nacerán los cielos nuevos y la tierra nueva”.
Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 308 de 365
Jeremías 46–47
Eclesiástico 20,18-31
Juan 9,1-23
Padre Luis Maldonado
*Evangelio de Lucas 21,34-36.*
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra. Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante el Hijo del hombre». _Palabra del Señor._
*Reflexión del Evangelio*
Una vez más Jesús nos dice que debemos estar vigilantes, pendientes de lo que ha de venir, preparados. Sus palabras hoy están más de actualidad que nunca: nos avisa del peligro que corre nuestra alma si nos dejamos llevar por el mundo, por las inquietudes de la vida sin pensar en nuestra salvación, por los placeres fáciles que se nos ofrecen cada día. Serán múltiples las ocasiones en las que nos avise de la importancia de cuidarnos de los influjos externos, de todo aquello que estorba nuestra vida espiritual, de la importancia de la oración, de estar alerta. Y en este pasaje lo hace una vez más.
Es muy importante que cuidemos de nuestra alma, por eso os insisto tanto en la conveniencia de acercarnos al Evangelio cada día. Leer las Escrituras y frecuentar los Sacramentos es la mejor manera de «mantenernos en pie ante el Hijo del Hombre». No sabemos la fecha en que deberemos dar cuenta de nuestra vida, por lo tanto tenemos que estar preparados para cuando llegue, igual que las doncellas prudentes aguardaban con la luz encendida la llegada de sus esposos. Así nosotros podremos mirar a Dios cara a cara sin temor y gozaremos eternamente de su presencia. Cristo nos salvó, nos redimió del pecado, pero nosotros debemos hacer nuestra parte, cumpliendo con los Mandamientos y siendo fieles a su Palabra. La recompensa es grande: gozar eternamente de la presencia de Dios.
Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 307 de 365
Jeremías 43 – 45
Eclesiástico 20, 1-17
Juan 8, 31-59
*Los cinco minutos del Espíritu Santo*
_Viernes, 27 de noviembre, 2020_
_“Ven Espíritu Santo, y enséñame a seguir tus impulsos de amor._
_Enséñame a intentar cada día reaccionar mejor._
_Tú conoces mi debilidad, y sabes cuánto me cuesta cambiar mi forma de vivir._
_Sabes cómo me arrastra muchas veces el egoísmo, el orgullo, la comodidad o la tristeza._
_Pero enséñame a intentar otra manera de encarar la vida._
_Porque sé que bastan esos pequeños intentos para ir cambiando poco a poco mi existencia._
_Ven Espíritu Santo, toca mi inteligencia, mi imaginación, mis capacidades, mis gestos, mi sensibilidad._
_Tócalo todo con tu gracia, para que me decida a cooperar contigo y así aprenda a vivir mejor._
_No quiero conformarme con pedirte una nueva vida. Sé que tengo que entregar algo de mí para alcanzarlo._
_Ayúdame Señor. Ven Espíritu Santo._
_Amén.”_
Padres Luis Maldonado
*Evangelio de Lucas 21,29-33.*
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta comparación: «Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol. Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano. Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca. Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán». _Palabra del Señor._
*Reflexión del Evangelio*
En su venida hasta nosotros, el tema principal de la predicación de Jesús fue el reino de Dios. Jesús se esforzó en convencernos de que nos apuntásemos al reino de Dios predicado por él. Que ya en esta vida dejásemos a Dios ser el Rey y Señor de nuestro existir. El que se adueñase de nuestro corazón, el que guiase y rigiese todas nuestras acciones. Pero bien sabemos que ese reinado en nuestro caminar terreno no lo vivimos en plenitud. A veces, vamos detrás de otros dioses, no somos fieles a la palabra dada… Todo parece indicar que el evangelio de hoy hace alusión al final terreno del reino de Dios predicado por Jesús y al comienzo de ese reino en plenitud, al final de los tiempos. Llegará un momento en que la vida terrena desaparecerá y todos los resucitados viviremos en plenitud el reinado de Dios. Solo Dios, que es Amor y nadie más que Dios será nuestro Rey. Nos espera el reinado del Amor. El mal y todos sus hijos serán derrotados para siempre. Es lo que nos ha prometido Jesús. “El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán”.
https://youtu.be/FSd5IFtrsJU
Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 306 de 365
Jeremías 40–42
Eclesiástico 19,18-30
Juan 8,1-30
Padre Luis Maldonado
Evangelio de Lucas 21,20-28.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima. Los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no vuelvan a ella. Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse. ¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será grande la desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su cumplimiento. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán de miedo ante la expectativa de lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria. Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación». Palabra del Señor.
Reflexión del Papa Francisco.
Sobre las lecturas de hoy, vemos que la esperanza cristiana no es solo un deseo, un auspicio, no es optimismo: para un cristiano, la esperanza es espera, espera ferviente, apasionada por el cumplimiento último y definitivo de un misterio, el misterio del amor de Dios en el que hemos renacido y en el que ya vivimos.
Esa espera de alguien que está por llegar: es Cristo el Señor que se acerca siempre más a nosotros, día tras día, y que viene a introducirnos finalmente en la plenitud de su comunión y de su paz.
La Iglesia tiene entonces la tarea de mantener encendida y claramente visible la lámpara de la esperanza, para que pueda seguir brillando como un signo seguro de salvación y pueda iluminar a toda la humanidad el sendero que lleva al encuentro con el rostro misericordioso de Dios.
Queridos hermanos y hermanas, esto es entonces lo que esperamos: que Jesús regrese. La Iglesia esposa espera a su esposo. A través de la lectura de hoy, debemos preguntarnos, sin embargo, con gran sinceridad, ¿somos testigos realmente luminosos y creíbles de esta espera, de esta esperanza? ¿Nuestras comunidades viven aún en el signo de la presencia del Señor Jesús y en la espera ardiente de su venida, o aparecen cansadas, entorpecidas, bajo el peso de la fatiga y la resignación? ¿Corremos también nosotros el riesgo de agotar el aceite de la fe, de la alegría?. Estemos atentos
Invoquemos a la Virgen María, Madre de la esperanza y reina del cielo, para que siempre nos mantenga en una actitud de escucha y de espera, para poder ser ya traspasados por el amor de Cristo y un día ser parte de la alegría sin fin, en la plena comunión de Dios.
Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 305 de 365
Jeremías 37–39
Eclesiástico 19,1-17
Juan 7,25-53
Padre Luis Maldonado
*Evangelio de Lucas 21,12-19.*
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre, y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí. Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa, porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir. Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán. Serán odiados por todos a causa de mi Nombre. Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza, porque el que persevere hasta el final, se salvará». _Palabra del Señor._
*Reflexión del Papa Francisco.*
Jesús nos advierte: Serán odiados. El Evangelio de esta fiesta recuerda una parte de las palabras de Jesús a sus discípulos en el momento en que los envía en misión. Dice, entre otras cosas: «Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará». (Mateo 10,22).
En las pruebas aceptadas a causa de la fe, la violencia es derrotada por el amor, la muerte por la vida. Hay que dar testimonio de Jesús en la humildad, en el servicio silencioso, sin miedo a ir contra corriente y pagar en persona. Y, si no todos están llamados, como san Esteban, a derramar su propia sangre, a todo cristiano se le pide sin embargo que sea coherente, en cada circunstancia, con la fe que profesa.
Seguir el Evangelio es ciertamente un camino exigente, pero ¡bello, bellísimo!, el que lo recorre con fidelidad y valentía recibe el don prometido por el Señor a los hombres y a las mujeres de buena voluntad. Como cantan los ángeles el día de Navidad: paz, paz.
Hoy, hermanos y hermanas, oremos, en particular, por cuantos son discriminados, perseguidos y asesinados por su testimonio de Cristo.
Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 304 de 365
Jeremías 35–36
Eclesiástico 18,15-33
Juan 7,1-24
Padre Luis Maldonado
*Evangelio de Lucas 21,5-11.*
En aquel tiempo, como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús les dijo: «De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido». Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?» Jesús respondió: «Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: «Soy yo», y también: «El tiempo está cerca». No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin». Después les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo». _Palabra del Señor._
*Reflexión del Papa Francisco.*
En el trastorno final del mundo, la puesta en juego es más alta que el drama representado por las calamidades naturales. Cuando Jesús habla de estas calamidades en otro pasaje nos dice que se producirá una profanación del templo, una profanación de la fe, del pueblo: que se producirá la abominación, se producirá la desolación de la abominación. ¿Qué significa eso? Será como el triunfo del príncipe de este mundo: la derrota de Dios. Parece que él, en aquel momento final de calamidades, parece que se adueñará de este mundo, será el amo del mundo.
He aquí el corazón de la prueba final: la profanación de la fe. Que, entre otras cosas, es muy evidente, dado lo que padece el profeta Daniel, echado en la fosa de los leones por haber adorado a Dios en lugar de al rey. Por tanto, la desolación de la abominación, tiene un nombre preciso, la prohibición de adoración.
No se puede hablar de religión, es una cosa privada, ¿no? De esto públicamente no se habla. Se quitan los signos religiosos. Se debe obedecer a las órdenes que vienen de los poderes mundanos.
Se pueden hacer tantas cosas, cosas bellas, pero no adorar a Dios. Prohibición de adoración. Este es el centro de este fin. Y cuando llegue a la plenitud, al kairós de esta actitud pagana, cuando se cumpla este tiempo, entonces sí, vendrá Él: «Y verán al Hijo del hombre venir sobre una nube con gran poder y gloria».
Los cristianos que sufren tiempos de persecución, tiempos de prohibición de adoración son una profecía de lo que nos sucederá a todos. Y sin embargo, en el momento en el que los tiempos de los paganos se habrán cumplido, será el momento de levantar la cabeza, porque estará cerca la victoria de Jesucristo.
No tengamos miedo, solo Él nos pide fidelidad y paciencia. Fidelidad como Daniel, que ha sido fiel a su Dios y ha adorado a Dios hasta el final. Y paciencia, porque los cabellos de nuestra cabeza no caerán. Así lo ha prometido el Señor.
Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 303 de 365
Jeremías 33–34
Eclesiástico 18,1-14
Juan 6,41-71
Padre Luis Maldonado
Evangelio de Lucas 21,1-4.
En aquel tiempo, cuando Jesús levantó sus ojos, después de hablarle a sus discípulos, vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo. Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre, y dijo: «Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie. Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir». Palabra del Señor.
Reflexión del Papa Francisco.
Dar lo poco que se tiene, sin atraer la atención sino solo la de Dios, porque Él es el todo en quien confiamos.
Esta viuda no era importante, el nombre de esta viuda no aparecía en los diarios. Nadie la conocía. No tenía títulos, nada. Nada. No brillaba con luz propia. Es esto que me hace ver en esta mujer la figura de la Iglesia.
La gran virtud de la Iglesia debe ser no brillar con luz propia, sino brillar de la luz que viene de su Esposo. Que viene propio de su Esposo. Y en los siglos, cuando la Iglesia ha querido tener luz propia, se ha equivocado.
Todos los servicios que nosotros hacemos en la Iglesia son para ayudarnos en esto, para recibir aquella luz. Y un servicio sin esta luz no está bien: hace que la Iglesia se vuelva o rica, o potente, o que busca el poder, o que se equivoque de camino, como ha sucedido tantas veces en la historia y como sucede en nuestras vidas, cuando nosotros queremos tener otra luz, que no es precisamente aquella del Señor: una luz propia.
Oremos a esta viuda que está en el Cielo, seguramente, oremos a esta viuda que nos enseñe a ser Iglesia así, dando de la vida todo lo que tenemos: nada para nosotros. Todo para el Señor y para el prójimo.
Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 302 de 365
Jeremías 31,23–32,44
Eclesiástico 17,15-32
Juan 6,22-40
Padre Luis Maldonado
*Evangelio de Mateo 25,31-46.*
Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a la izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: «Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver». Los justos le responderán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?» Y el Rey les responderá: «Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo». Luego dirá a los de la izquierda: «Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron». Estos, a su vez, le preguntarán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?» Y él les responderá: «Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo». Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna». _Palabra del Señor._
*Meditación del Evangelio*
-Por esta ocasión se las enviaré a través de un video. Mañana regreso al texto convencional. Espero su comprensión. ¡Bendiciones! ¡Viva Cristo Rey!
Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 301 de 365
*Los cinco minutos del Espíritu Santo*
_Sábado, 21 de noviembre, 2020_
_“Ven Espíritu de fraternidad, porque el Padre Dios quiere a sus hijos unidos como hermanos._
_Ven Espíritu de unidad, porque detestas la división y la enemistad._
_Ven Espíritu de hermandad, porque fácilmente nos dejamos llevar por los rencores, las envidias, el egoísmo._
_Ven Espíritu de caridad, porque tu amor nos motiva a construir puentes, a tender lazos, a estrechar las manos._
_Ven Espíritu de amor sincero, para que no se mueran mis sueños de un mundo de hermanos, de una civilización del amor, de una tierra unida._
_Ven Espíritu Santo._
_Amén.”_
✨✨
Padre Luis Maldonado
*Del santo Evangelio según san Lucas 20, 27-40*
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús algunos saduceos. Como los saduceos niegan la resurrección de los muertos, le preguntaron: “Maestro, Moisés nos dejó escrito que si alguno tiene un hermano casado que muere sin haber tenido hijos, se case con la viuda para dar descendencia a su hermano. Hubo una vez siete hermanos. El mayor de los cuales se casó y murió sin dejar hijos. El segundo, el tercero y los demás, hasta el séptimo, tomaron por esposa a la viuda y todos murieron sin dejar sucesión. Por fin murió también la viuda. Ahora bien, cuando llegue la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa la mujer, pues los siete estuvieron casados con ella?”.
Jesús les dijo: “En esta vida, hombres y mujeres se casan, pero en la vida futura, los que sean juzgados dignos de ella y de la resurrección de los muertos, no se casarán ni podrán ya morir, porque serán como los ángeles e hijos de Dios, pues él los habrá resucitado.
Y que los muertos resucitan, el mismo Moisés lo indica en el episodio de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven”.
Entonces, unos escribas le dijeron: «Maestro, has hablado bien». Y a partir de ese momento ya no se atrevieron a preguntarle nada. _Palabra del Señor._
*Reflexion del Evangelio*
Hoy en día llevamos una vida muy cómoda; por aquí y por allá corre la idea de hacer lo menos posible para obtener el mejor resultado, así con un click tenemos la comida lista, con un quiero esta, tenemos la cama más confortable, y hasta le podemos hablar a un aparato para que piense o haga cálculos por nosotros.
Cuando Jesús vino a la tierra nos invitó a seguirle en un camino no del todo placentero. Pero ¿por qué? ¿No es mejor vivir lo mejor cómodamente posible? Jesús con su vida nos enseñó el peligro de la comodidad, que es el de acostumbrarnos a vivir en esta tierra y olvidarnos de que estamos creados para el Cielo. Hoy, en el Evangelio, Jesús nos lo recuerda. Dios es un Dios de vivos y nos llama a vivir hoy el presente, pero con los ojos en el futuro, en la casa eterna del Padre. No olvidemos que las incomodidades y contratiempos también tienen su razón de ser, y seamos conscientes de que cada día es una oportunidad para ser felices y uno menos para vivir en plenitud con Dios.
Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 300 de 365
Jeremías 27–29
Eclesiástico 16,15-30
Juan 5,25-47