30-09-2020

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Miércoles, 30 de septiembre, 2020

Nosotros buscamos al Espíritu Santo, no solamente para vivir bien, sino también para santificarnos, para llegar a lo más alto de la vida espiritual. Ofrezcámonos al Espíritu Santo, hagamos una profunda consagración de nuestras vidas, para que él nos trasforme completamente. Expresemos este deseo con las palabras de Dom Vandeur:

«Espíritu Santo,
amor unitivo del Padre y del Hijo,
fuego sagrado que Jesucristo nuestro Señor trajo a la tierra,
para quemarnos a todos en la llama del eterno amor.
Te adoro, te bendigo,
y aspiro con toda el alma a darte gloria.
Con este fin, te hago esta ofrenda con todo mi ser,
cuerpo y alma, espíritu, corazón, voluntad,
fuerzas físicas y espirituales.
Me doy a ti y me entrego tan plenamente
como le sea posible a tu gracia,
a las acciones divinas y misericordiosas
de ese amor que eres tú, en la unidad del Padre y del Hijo.
Llama ardiente e infinita de la Santísima Trinidad,
deposita en mi alma la chispa de tu amor,
para que la llene hasta desbordar de ti mismo;
para que transformada por la acción de tu fuego en caridad viva,
pueda, con mi sacrificio, irradiar luz y calor
a todos los que se me acerquen.
Amén.»
✨🙏🏼✨

Evangelio del Día

Padre Luis Maldonado

Evangelio de Lucas 9,57-62.

En aquel tiempo, mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: «Te seguiré adonde vayas» Jesús le respondió: «Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza». Y dijo a otro: «Sígueme». Él respondió: «Permíteme que vaya primero a enterrar a mi padre». Pero Jesús le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el Reino de Dios». Otro le dijo: «Te seguiré, Señor, pero permíteme antes despedirme de los míos». Jesús le respondió: «El que ha puesto la mano en el arado y mira hacia atrás, no sirve para el Reino de Dios». Palabra del Señor.

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Reflexión.

Jesús no tiene hogar, porque su casa es la gente, somos nosotros, su misión es abrir a todos las puertas de Dios, ser la presencia amorosa de Dios.

(…) Seguir, acompañar a Cristo. Permanecer con Él, requiere un «salir». Salir de sí mismos, de un modo de vivir la fe algo rutinario, de la tentación de ensimismarse en los propios esquemas que terminan por cerrar el horizonte de la acción creadora de Dios.

Dios salió de sí mismo para venir en medio de nosotros, colocó su tienda entre nosotros para traer su misericordia que salva y da esperanza. También nosotros, si queremos seguirlo y permanecer con Él, no debemos contentarnos con permanecer en el recinto de las noventa y nueve ovejas, debemos «salir», buscar con Él a la oveja perdida, a la más lejana.

Esto nos recuerda: salir de nosotros, como Jesús, como Dios salió de sí mismo en Jesús y Jesús salió de sí mismo para todos nosotros.

Alguien podría decirme: «Pero Padre no tengo tiempo, tengo muchas cosas que hacer, es difícil», o «¿qué puedo hacer yo con mi poca fuerza, también con mi pecado, con tantas cosas?».

A menudo nos conformamos con algunas oraciones, con una misa dominical distraída e inconstante, con algún gesto de caridad, pero no tenemos esta valentía de «salir» para llevar a Cristo.

Completas
Visperas
Laudes

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 248 de 365

Job 8–10
Sabiduría 7,1-14
Lucas 19,28-48

https://www.youtube.com/watch?v=bGggUCFIyqs
Rezo del Laudes y Misa desde la basílica de Guadalupe 7:30 am
Misa desde Tierra Santa, Magdala

29-09-2020

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Los cinco minutos del Espíritu Santo

Martes, 29 de septiembre, 2020

Recordemos que «donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad» (2 Corintios 3,17).

Nosotros creemos que somos libres cuando estamos solos, cuando nadie nos molesta, cuando podemos hacer lo que queremos, cuando nos dejamos llevar por nuestras inclinaciones naturales. Una persona que se entrega al alcohol o a la droga se engaña creyendo que es más libre que los que no lo hacen. Pero los demás pueden ver cómo esa persona cada vez está más limitada, cada vez está más dependiente del alcohol y de la droga, cada vez es menos libre para elegir otras cosas, hasta que le resulta imposible vivir sin el vicio. ¿Quién puede ser tan ingenuo como para llamarle libertad a eso?

La libertad es un don que Dios nos da para que vayamos haciendo un camino positivo en la vida, un camino que nos lleve a la felicidad. En ese camino el Espíritu Santo nos va sanando y nos va liberando de las cosas que nos esclavizan, y así cada vez somos más libres: nada se nos hace indispensable, nada se nos hace absoluto, somos realmente libres para elegir porque nada nos domina. Esa es la libertad del Espíritu. Pero en realidad, cuando San Pablo nos habla de la libertad del Espíritu Santo, quiere decir que no nos sentimos obligados a ser buenos y santos, sino que lo hacemos porque estamos inclinados a eso desde lo más profundo de nuestra libertad; vivimos bien porque así lo elegimos con toda libertad. Nadie podrá decirnos que estamos obligados a amar a Dios. El amor es libre o no es amor, porque es imposible obligar a alguien a amar. Esa es la maravillosa libertad del Espíritu Santo.
✨️✨

Padre Luis Maldonado

Evangelio de Juan 1,47-51.

En aquel tiempo, al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: «Este es un verdadero israelita, en quien no hay engaño». «¿De dónde me conoces?», le preguntó Natanael. Jesús le respondió: «Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera». Natanael le respondió: «Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Jesús continuó: «Porque te dije: «Te vi debajo de la higuera», crees. Verás cosas más grandes todavía». Y agregó: «Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre». Palabra del Señor.

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Reflexión del Papa Francisco.

Leemos en el Salmo 8: «Tú has hecho al hombre superior a los ángeles», y esa inteligencia tan grande del ángel no podía llevar sobre sus espaldas esta humillación, que una criatura inferior fuera hecha superior; y trataba de destruirlo.

Por tanto, Satanás trata de destruir a la humanidad, a todos nosotros. Tantos proyectos, excepto los pecados propios, pero tantos, tantos proyectos de deshumanización del hombre, son obra suya, sencillamente porque odia al hombre. Es astuto: lo dice la primera página del Génesis; es astuto. Presenta las cosas como si fueran buenas. Pero su intención es la destrucción.

Y lo leemos en las Lecturas de hoy: «los ángeles nos defienden. Defienden al hombre y defienden al Hombre-Dios, al hombre superior, Jesucristo que es la perfección de la humanidad, el más perfecto».

Por esto la Iglesia honra a los ángeles, porque son los que estarán en la gloria de Dios, están en la gloria de Dios, porque defienden el gran misterio escondido de Dios, es decir que el Verbo ha venido en la carne.

El deber del pueblo de Dios es custodiar en sí al hombre, al hombre Jesús porque es el hombre que da vida a todos los hombres. En cambio, en sus proyectos de destrucción, Satanás inventa explicaciones humanísticas que van, propiamente, contra el hombre, contra la humanidad y contra Dios.

La lucha es una realidad cotidiana en la vida cristiana: en nuestro corazón, en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestro pueblo, en nuestras iglesias. Si no se lucha, seremos vencidos. En las lecturas de hoy, vemos que, el Señor ha dado esta tarea principalmente a los ángeles: luchar y vencer. Y el canto final del Apocalipsis, después de esta lucha, es tan bello:

«Ahora se ha cumplido la salvación, la fuerza y el Reino de nuestro Dios y el poder de su Cristo, porque ha sido precipitado el acusador de nuestros hermanos, aquel que los acusaba ante nuestro Dios día y noche».

Hoy, los invitó a orar a los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael y a rezar esa oración antigua, pero tan bella, al arcángel Miguel, para que sigua luchando para defender el misterio más grande de la humanidad, que el Verbo se ha hecho Hombre, ha muerto y resucitado. Este es nuestro tesoro. Que Él siga luchando para custodiarlo.

Evangelio del Día
Laudes
Visperas
Completas

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 247 de 365

Job 4–7
Sabiduría 6,17-25
Lucas 19,1-27

Misa desde Jerusalén

28-09-2020

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Lunes, 28 de septiembre, 2020

Cuando alguien está sereno y pacificado por dentro, es capaz de percibir la armonía que hay en el universo; pero si está inquieto y perturbado, todo lo que ve y escucha le parece fuera de lugar.

De hecho, cuando una persona está en armonía por dentro, cuando va al campo es capaz de gozar percibiendo la armonía que hay entre todos los sonidos que se escuchan al atardecer.

Los distintos pájaros, las vacas, el ruido del pasto y de las ramas que se mueven, algunas voces, y hasta los rumores de la carretera que se oyen lejanos. Todo produce una preciosa armonía.

Pero la persona que no está pacificada por dentro se siente molesta por esos sonidos. Quisiera un silencio absoluto, o desearía oír sólo algunos de esos sonidos, y no otros. Quiere que el mundo se adapte a sus pretensiones. Y no encuentra calma.

Por eso, tenemos que descubrir que lo más importante no es que el mundo cambie, sino que cambiemos nosotros. Pidamos al Espíritu que armonice nuestro interior, para que así podamos estar en armonía con la vida.
✨🕊️✨

Evangelio del Día

Padre Luis Maldonado

Evangelio de hoy – Lucas 9,46-50.

En aquel tiempo, a los discípulos se les ocurrieron preguntarle a Jesús quién sería el más grande. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, tomó a un niño y acercándolo, les dijo: «El que recibe a este niño en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe a mí, recibe a aquel que me envió; porque el más pequeño de ustedes, ese es el más grande». Juan, dirigiéndose a Jesús, le dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre y tratamos de impedírselo, porque no es de los nuestros». Pero Jesús le dijo: «No se lo impidan, porque el que no está contra ustedes, está con ustedes». Palabra del Señor.

Reflexión

Los discípulos discutían acerca de quién era el más grande entre ellos: había una disputa interna, el afán de hacer carrera, ¡eh! Estos que son los primeros obispos tenían esa tentación de hacer carrera. «Eh, yo quiero llegar a ser más grande que tú…»

No es un buen ejemplo lo que hacían los primeros obispos, pero es la realidad. Y Jesús les enseña la verdadera actitud, la de los niños, la docilidad, la necesidad del consejo, la necesidad de la ayuda, porque el niño es, precisamente, el signo de la necesidad de ayuda, de docilidad para ir hacia adelante. Este es el camino. No quien es más grande.

Los que se acercan a la actitud de un niño están más cerca de la contemplación del Padre porque escuchan con el corazón abierto y dócil al ángel custodio.

Laudes
Visperas
Completas

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 246 de 365

Job 1–3
Sabiduría 6,12-16
Lucas 18,18-43

Misa desde Jerusalén

27-09-2020

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Los cinco minutos del Espíritu Santo

Domingo, 27 de septiembre, 2020

Hoy recordamos al generoso San Vicente de Paul, y así podemos descubrir de qué manera actúa el Espíritu Santo cuando hay hermanos sufriendo necesidades.

Luego de ser ordenado sacerdote a los 19 años, fue tomado preso por los turcos, que lo llevaron a Túnez y lo vendieron como esclavo a un viejo médico. De este médico aprendió varios métodos medicinales que luego utilizó. Al morir el médico, se apoderó de él un hombre a quien convirtió, y juntos viajaron a Roma. Después volvió a París y dejó para siempre las aventuras para dedicarse de lleno a los pobres, enfermos y condenados a esclavitud. Así vivía aquel consejo bíblico: «Acuérdense de los presos, como si estuvieran presos con ellos, y de los maltratados, recordando que ustedes también tienen un cuerpo» (Hebreos 13,3).

Fundó una congregación para la predicación en las poblaciones rurales, y una congregación femenina para atender enfermos y asistir a los pobres en sus domicilios. Promovió la fundación de hospitales para niños, asilos para ancianos, y organizó la ayuda a las poblaciones más pobres. Tenía el gran objetivo de erradicar la mendicidad, y logró convocar a toda la sociedad francesa para cumplirlo. Su pasión por los pobres logró motivar hasta a los más fríos e indiferentes.

Ese cambio sólo es posible por la acción del Espíritu Santo, porque sólo él nos saca de la comodidad egoísta para que sepamos mirar a los demás con verdadero amor. El Espíritu Santo coloca en nosotros la mirada de Jesús, que es capaz de compadecerse de corazón al ver a los que sufren sin tener quien los auxilie.

Por eso, cuando alguien está padeciendo, sin poder resolver sus necesidades más urgentes, no es porque Dios no desee liberarlo, sino porque alguno de los instrumentos humanos que podrían ayudarlo no se deja tocar por el Espíritu Santo, no se deja movilizar por su amor. Los que se dejan llevar por el Espíritu Santo, no sólo son generosos, sino que son creativos, inquietos para encontrar la forma de hacer felices a los demás. En San Vicente de Paul podemos reconocer a un instrumento fiel y creativo, que se entregó con entusiasmo a buscar los medios para auxiliar a los enfermos y a los pobres, y el Espíritu Santo manifestó su poder y su amor a través de la misericordia y de la entrega laboriosa de Vicente.
✨🕊️✨

Evangelio del Día

Padre Luis Maldonado

Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Mateo 21, 28-32
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo:
«¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero». Pero después se arrepintió y fue.
Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue.
¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?».
Contestaron:
«El primero».
Jesús les dijo:
«En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis». Palabra del Señor.

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Reflexión del Evangelio: Mateo (21,28-32): Para Dios, lo que cuenta es «volver»
III.1. El evangelio de Mateo (21,28-32), con la parábola del padre y los dos hijos, es provocativo, pero sigue en la misma tónica de los últimos domingos. Se quiere poner de manifiesto que el Reino de Dios acontece en el ámbito de la misericordia, por eso los pecadores pueden preceder a los beatos formalistas de siempre en lo que se refiere a la salvación. Una parábola nos pone en la pista de esta afirmación tan determinada, la de los dos hijos: uno dice que sí y después no va a trabajar a la viña; el otro dice que no, pero después recapacita sobre las palabras de su padre y va a trabajar.

III.2. Lo que cuenta, podríamos decir, son las obras, el compromiso, recordando aquello de no basta decir ¡Señor, Señor!. El acento, pues, se pone sobre el arrepentimiento, e incluso si la parábola se hubiera contado de otra manera, en la que el primero hubiera dicho que sí y hubiera ido a lo que el padre le pedía, no cambiarían mucho las cosas, ya que lo importante para Jesús es llevar a cabo lo que se nos ha pedido. Sabemos, no obstante, que los dos hijos corresponden a dos categorías de personas: las que siempre están hablando de lo religioso, de Dios, de la fe y en el fondo su corazón no cambia, no se inmutan, no se abren a la gracia. Probablemente tienen religión, pero no auténtica fe. Por eso, por ley de contrastes, la parábola está contada con toda intencionalidad y va dirigida, muy especialmente, contra los primeros.

III.3. El acento está, justamente, en aquellos que habiéndose negado a la fe primeramente, se dejan llenar al final por la gracia de Dios, aunque esto sirve para desenmascarar a los que son como el hijo que dice que sí y después hace su propia voluntad, no la del padre. Los verdaderos creyentes y religiosos, aunque sean publicanos y prostitutas, son los que tienen la iniciativa en el Reino de la salvación, porque están más abiertos a la gracia. El evangelio ha escogido dos oficios denigrados y denigrantes (recaudadores de impuestos y prostitutas); pero no olvidemos que el marco de los oyentes también es explícito: los sacerdotes y ancianos, que dirigían al pueblo. Pero para Dios no cuentan los oficios, ni lo que los otros piensen; lo que cuenta es que son capaces de volver, de convertirse.

Laudes
Visperas
Completas
Coronilla de la Divina Misericordia
Misa desde Jerusalén

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 245 de 365

2 Macabeos 15
Sabiduría 6,1-11
Lucas 18,1-17

⚜️»El ser humano sólo es verdaderamente feliz si encuentra la luz que lo ilumina y le da plenitud de significado. Esta luz es la fe en Cristo, don que se recibe en el bautismo y que es preciso redescubrir constantemente para poder trasmitirlo a los demás «⚜️
S.S Benedicto XVl

26-09-2020

Los cinco minutos del Espíritu Santo
Sâbado, 26 de septiembre, 2020
A veces nuestra vida está tan sumergida en la mediocridad, el egoísmo y la comodidad, que sólo un terremoto podría despertarnos y cambiarnos. Por eso el Espíritu Santo puede permitir algún terremoto para que nos decidamos a vivir en serio.
Ese es el sentido de algunos textos bíblicos, que parecen de terror, pero que en realidad nos quieren decir que, si no aceptamos la vida nueva del Espíritu y nos aferramos a seguridades de este mundo, llegará un momento en que esas seguridades van a caer destruidas.
Pero la Palabra de Dios en realidad quiere consolarnos, porque nos dice que eso no será nuestra ruina sino nuestra liberación. Porque cuando se caigan todas esas seguridades podremos estar desprendidos de todo ante el Espíritu Santo, y aceptaremos su invitación a vivir de otra manera:
«Habrá un tiempo de angustia, como nunca ha sucedido desde que surgieron las naciones; ese día será salvado mi pueblo» (Daniel 12,1).
«Cuando comiencen a suceder estas cosas, levanten la cabeza, porque se acerca la liberación» (Lucas 21,28).
Por eso cuentan los Hechos de los Apóstoles que «de improviso vino un terremoto tan fuerte que se movieron los fundamentos de la prisión. Entonces, todas las puertas se abrieron y se rompieron las cadenas de todos» (Hechos 16,26).
Dejemos que suceda algún terremoto en nuestras vidas, para que el Espíritu Santo pueda abrir nuestras puertas y romper nuestras cadenas.
✨🙏🏼✨
Evangelio del Día
Hora Nona
Coronilla de la Divina Misericordia
Hora Sexta
Hora Tercia
Completas
Oración a San Miguel Arcangel
Laudes

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 244 de 365

2 Macabeos 13 – 14
Sabiduría 5, 15-23
Lucas 17

Misa desde Jerusalén

25-09-2020

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Los cinco minutos del Espíritu Santo

Viernes, 25 de septiembre, 2020

«Ven Espíritu Santo, a limpiar mis miserias.
No quiero que mis debilidades y pecados me quiten la alegría, la fuerza, la energía, el empuje de mi entrega. No quiero que mis errores me detengan y me debiliten. Porque tú tampoco lo quieres.
Pero necesitas que reconozca mis pecados y no te los oculte, para así poder sanarme. Esperas que mire con claridad mis errores, sin excusas. No te agrada que me paralicen los escrúpulos y la culpa, pero esperas que reconozca ante ti mis caídas, para poder liberarme.
Ven Espíritu Santo, no puedo ocultarte nada. Todo está claro patente ante tu mirada que todo lo ve, que me penetra por completo. Todo lo sabes, y no tiene sentido que intente escapar avergonzado.
Tu amor me espera con infinita ternura para quemarlo todo en ese fuego abrasador.
Límpiame una vez más Espíritu Santo, porque quiero hacer de mi vida una ofrenda cada día más bella.
Amén.»
✨🙏🏼✨

Evangelio del Día

Padre Luis Maldonado

Evangelio de hoy – Lucas 9,18-22.

En aquel tiempo, Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado». «Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?» Pedro, tomando la palabra, respondió: «Tú eres el Mesías de Dios». Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie. «El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día». Palabra del Señor.

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Reflexión por el Papa Francisco.

En las Lecturas de hoy, observamos que Pedro, fue ciertamente el más valiente ese día, cuando Jesús preguntó a los discípulos: Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?. Pedro respondió con firmeza: «Tú eres el Mesías». Y después de esta confesión probablemente se sintió satisfecho dentro de sí: «¡he respondido bien!».

(…) También hoy, escuchamos muchas veces dentro de nosotros la misma pregunta dirigida por Jesús a los apóstoles. Jesús se dirige a nosotros y nos pregunta: «para ti, ¿quién soy yo? ¿Quién es Jesucristo para cada uno de nosotros, para mí? ¿Quién es Jesucristo?». Y también nosotros seguramente daremos la misma respuesta de Pedro, la que hemos aprendido en el catecismo: ¡Tú eres el Hijo de Dios vivo, Tú eres el Redentor, Tú eres el Señor!.

(…) Para responder a esa pregunta que todos nosotros percibimos en el corazón, quién es Jesús para nosotros, no es suficiente lo que hemos aprendido, estudiado en el catecismo. Es ciertamente importante estudiarlo y conocerlo, pero no es suficiente. Porque para conocerlo de verdad es necesario hacer el camino que hizo Pedro.

A través del Evangelio de hoy, vemos que «Pedro siguió adelante con Jesús, contempló los milagros que hacía Jesús, vio sus poderes. Luego pagó los impuestos, como le había dicho Jesús, pescó el pez y tomó la moneda: vio muchos milagros de este tipo».

Sin embargo, a un cierto punto Pedro negó a Jesús, traicionó a Jesús. Precisamente en ese momento aprendió esa difícil ciencia, más que ciencia, sabiduría de las lágrimas, del llanto. Pedro pidió perdón al Señor.

(…) En los cuarenta días sucesivos, Pedro escuchó muchas explicaciones de Jesús sobre el reino de Dios. Y tal vez estuvo tentado de pensar: ¡ah, ahora conozco quién es Jesucristo!. En cambio, aún le faltaban muchas cosas para conocer quién era Jesús. Y así, esa mañana, en la playa del Tiberíades, Pedro fue interrogado otra vez. Tres veces. Y él sintió vergüenza, recordó aquella tarde del viernes santo: las tres veces que había negado a Jesús. Recordó el llanto.

En la playa del Tiberíades, Pedro lloró no amargamente como el viernes, pero lloró. Y sobre esa frase «Señor, Tú conoces todo, Tú sabes que te quiero» estoy seguro de que la pronunció llorando.

(…) Para conocer a Jesús, no es necesario un estudio de nociones sino una vida de discípulo. De este modo, caminando con Jesús aprendemos quién es Él, aprendemos esa ciencia de Jesús.

Conocemos a Jesús como discípulos. Lo conocemos en el encuentro cotidiano con el Señor, todos los días. Con nuestras victorias y nuestras debilidades. Es precisamente a través de estos encuentros que nos acercamos a Él y le conocemos más profundamente.

Oración a San Miguel Arcángel
Angelus
Hora Nona
Hora Sexta
Hora Tercia
Completas
Laudes

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Día 243 de 365

2 Macabeos 11–12
Sabiduría 5,1-14
Lucas 16

Celebración Eucarística P. Juan María Solana desde Jerusalén

24-09-2020

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Jueves, 24 de septiembre, 2020

No podemos olvidar que Jesús nos ha dejado un precioso regalo que nos ayuda a tomar conciencia de que él está: su presencia en la Eucaristía.

El Espíritu Santo es el que convierte el pan en Jesús. Por eso, en la Misa, el sacerdote invoca al Espíritu Santo para que descienda sobre los dones del altar.

Entonces, podemos pedirle al Espíritu Santo que nos ilumine, para reconocer la presencia de Jesús en la Eucaristía y para que podamos encontrarnos con él.

Cuando nos ponemos a orar frente al sagrario, o cuando lo contemplamos en una adoración eucarística, podemos reconocerlo a Jesús presente frente a nosotros, dispuesto a entablar un diálogo cercano, íntimo, sincero. Y aunque a Jesús podemos encontrarlo en todas partes, su presencia en la Eucaristía es la más perfecta de todas.

Por eso, si deseamos estar en su presencia, no hay nada mejor que invocar al Espíritu Santo, y colocarnos frente a la Eucaristía, mirarlo, dejarnos mirar por él, hablarle de nuestras cosas, escuchar su delicada voz.

Ese momento puede llenarnos de fuerza y de paz, porque de la Eucaristía brota la vida del Espíritu Santo; allí se derrama el Espíritu para nosotros.
✨🕊️✨

Evangelio del Día

Padre Luis Maldonado

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9
En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Pero Herodes decía: “A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?”. Y tenía curiosidad de ver a Jesús.
Palabra del Señor.
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Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
La persona de Jesucristo tiene como como mayor expresión de amor acercarse a los pecadores y redimirlos. Hoy el Evangelio nos comenta acerca de Herodes y termina diciendo que tenía curiosidad de verlo. Esa misma curiosidad es la curiosidad que podemos sentir nosotros.
El gran problema es que Herodes no estuvo preparado para tener un encuentro con Jesucristo. En el relato de la pasión el Evangelio dice que Jesús no respondió a ninguna de sus preguntas (Lucas 23, 9.). Esto nos recuerda que, para tener ese encuentro personal con Dios, necesitamos purificar nuestra intención y dejarle saber que lo estamos buscando a Él y no a nosotros mismos. Nuestra oración humilde y sencilla se vuelve la oración preferida por Dios en cualquier momento en el cual queramos hablar con Él.

«Saben a dónde ir —grandes teólogos, grandes—, pero no van. También de esto podemos aprender una lección. En la vida cristiana no es suficiente saber: sin salir de uno mismo, sin encontrar, sin adorar, no se conoce a Dios. La teología y la eficiencia pastoral valen poco o nada si no se doblan las rodillas; si no se hace como los Magos, que no sólo fueron sabios organizadores de un viaje, sino que caminaron y adoraron. Cuando uno adora, se da cuenta de que la fe no se reduce a un conjunto de hermosas doctrinas, sino que es la relación con una Persona viva a quien amar. Conocemos el rostro de Jesús estando cara a cara con Él. Al adorar, descubrimos que la vida cristiana es una historia de amor con Dios, donde las buenas ideas no son suficientes, sino que se necesita ponerlo en primer lugar, como lo hace un enamorado con la persona que ama.»
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de enero de 2020).

Laudes
Oficio de Lectura
Visperas
Completas
Hora Tercia
Hora Sexta
Hora Nona
Rosario
Oración de San Miguel Arcangel

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 242 de 365

2 Macabeos 9–10
Sabiduría 4,16-20
Lucas 15

Celebración Eucarística desde Jerusalén

23-09-2020

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Los cinco minutos del Espíritu Santo
Miércoles, 23 de septiembre, 2020
Nuestro corazón humano está permanentemente inclinado al egoísmo. Es imposible que sólo con sus propias fuerzas logre dar el paso hacia una verdadera generosidad.
A veces sentimos que sería bello entregar la vida en el servicio, con un amor verdaderamente preocupado por los demás, capaz de darlo todo. Pero al mismo tiempo sentimos que no somos capaces, que de inmediato nos preocupamos por nuestras cosas, y los demás quedan para otro momento. Muchas veces nos engañamos creyendo que amamos, pero en realidad buscamos a las personas que puedan hacernos sentir bien. Eso no es más que otra forma de buscarse a sí mismo, y de tener a los demás al servicio de las propias necesidades.
Ya que es imposible cambiar eso con nuestras fuerzas, no nos queda más que pedirle cada día al Espíritu Santo que nos regale un corazón generoso.
Sin embargo, podemos cooperar con el Espíritu Santo, ya que él no nos cambia sin nosotros. Él debe derramar primero su amor y su gracia, pero ese amor no produce frutos, no crece, no termina de cambiar nuestro comportamiento, sin alguna cooperación de nuestra parte.
Además de suplicar, nosotros podemos cooperar de distintas maneras. Por ejemplo, tratando de motivarnos, para que se despierten más inquietudes en nuestro corazón y descubramos que es bello ser generosos. Entonces, podemos leer cosas que nos motiven a la generosidad, podemos escuchar canciones que nos ayuden a alimentar ese deseo, y evitar todo lo que alimente nuestro egoísmo. Otra manera de cooperar con el Espíritu Santo es hacer algunos intentos, aunque sea pequeño, de dedicar tiempo a los demás, de renunciar a algo por la felicidad de otro.
Esta cooperación nuestra, como respuesta a la gracia del Espíritu Santo, permitirá que un día logremos tomar una decisión firme y clara de darnos a los demás, de donarnos generosamente, de estar atentos a las necesidades de los demás para ayudarlos a ser felices. Esa decisión sincera será un cambio precioso en nuestra vida.
Evangelio del Día

Padre Luis Maldonado

Evangelio de hoy – Lucas 9,1-6.

En aquel tiempo, Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: «No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos». Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando enfermos en todas partes». Palabra del Señor.

Reflexión del Evangelio

En las Lecturas de hoy, a través de este pasaje del Evangelio de hoy, vemos que Jesús envía a un camino. Un camino que, claro está, no es un simple paseo. Lo que hace Jesús, es un envío con un mensaje: anunciar el Evangelio, salir para llevar la salvación, el Evangelio de la salvación.

Y esta es la tarea que Jesús da a sus discípulos. Por ello, quien permanece paralizado y no sale, no da a los demás lo que ha recibido en el bautismo, no es un auténtico discípulo de Jesús. En efecto, le falta la misionariedad, le falta salir de sí mismo para llevar algo de bien a los demás.

(…) Así, pues, observamos que las lecturas de hoy, hay un doble camino que Jesús quiere de sus discípulos. Esto contiene la primera palabra que pone de relieve el Evangelio de hoy: caminar, camino.

Está luego la segunda: servicio. Y está estrechamente relacionada con la primera. Es necesario caminar para servir a los demás. Se lee en el Evangelio de hoy: «Id y proclamad que ha llegado el reino de los cielos. Sanen a los enfermos, resuciten muertos, sanen leprosos, expulsen a los demonios». Aquí está el deber del discípulo: servir. Un discípulo que no sirve a los demás no es cristiano.

Punto de referencia de cada discípulo debe ser lo que Jesús predicó en las dos columnas del cristianismo: las bienaventuranzas y, después, el protocolo a partir del cual seremos juzgados, es decir, el que indicó san Mateo en el capítulo 25. Este debe ser el marco del servicio evangélico. No hay escapatorias. Si un discípulo no camina para servir, no sirve para caminar. Si su vida no es para el servicio, no sirve para vivir como cristiano.

Precisamente en este aspecto se encuentra, en muchos, la tentación del egoísmo. Está quien dice: «Sí, soy cristiano, estoy en paz, me confieso, voy a misa, cumplo los mandamientos». Pero, ¿dónde está el servicio a los demás? ¿Dónde está el servicio a Jesús en el enfermo, en el preso, en el hambriento, en el desnudo?

Y precisamente esto es lo que Jesús nos dijo que debemos hacer porque Él está allí. He aquí, la segunda palabra clave: el servicio a Cristo en los demás.

Existe una relación también con la tercera palabra de este pasaje, que es gratuidad. Caminar, en el servicio, en la gratuidad. Una cuestión fundamental que empuja al Señor a aclararla bien por si los discípulos no hubiesen entendido. Él les explica:

«No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno».

Como diciendo que el camino del servicio es gratuito porque nosotros hemos recibido la salvación gratuitamente. Ninguno de nosotros ha comprado la salvación, ninguno de nosotros la ha merecido, la tenemos por pura gracia del Padre en Jesucristo, en el sacrificio de Jesucristo.

OFICIO DE LECTURA, Miércoles 23 de Septiembre de 2020, San Pío de Pietrelcina, Pbro Memoria
HORA NONA, Miércoles 23 de Septiembre de 2020, San Pío de Pietrelcina, Pbro Memoria
HORA SEXTA, Miércoles 23 de Septiembre de 2020, San Pío de Pietrelcina, Pbro Memoria
VÍSPERAS, Miércoles 23 de Septiembre de 2020, San Pío de Pietrelcina, Pbro.
HORA TERCIA, Miércoles 23 de Septiembre de 2020, San Pío de Pietrelcina, Pbro Memoria
COMPLETAS, oración de la noche, Miércoles 23 de Septiembre de 2020, San Pío de Pietrelcina, Pbro Mem
LAUDES, Miércoles 23 de Septiembre de 2020, San Pío de Pietrelcina, Pbro Memoria

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 241 de 365

2 Macabeos 7–8
Sabiduría 4,7-15
Lucas 14

22-09-2020

Martes, 22 de septiembre, 2020

«Ven Espíritu Santo, y enséñame a esperar.
Porque las cosas que deseo no llegan rápidamente, enséñame a esperar.
Porque no puedo pretender que los demás cambien de un día para el otro, enséñame a esperar.
Porque yo mismo voy cambiando muy lentamente, enséñame a esperar.
Porque la vida tiene sus estaciones y todo llega a su tiempo, enséñame a esperar.
Para que acepte que no estoy en el cielo sino en la tierra, enséñame a esperar.
Para que no le exija a este día lo que no me puede dar, enséñame a esperar.
Para que reconozca que el mundo no puede estar a mi servicio, enséñame a esperar.
Ven Espíritu Santo, y enséñame a aceptar que muchas cosas se posterguen, para que valore lo que la vida me propone ahora, aunque sea pequeño, aunque parezca poco.
Ven Espíritu Santo, enséñame a esperar.
Amén.»
✨🙏🏼✨

Evangelio del Día

Oraciones y reflexión (Padre Sam), Lunes 21 de septiembre del 2020

Reflexión | No trabajes para el enemigo
Laudes
Visperas
Completas
Rosario
Coronilla de la Divina Misericordia
HORA NONA, Martes 22 de Septiembre de 2020, XXV Ordinario, Salterio I
HORA SEXTA, Martes 22 de Septiembre de 2020, XXV Ordinario, Salterio I
COMPLETAS, oración de la noche, Martes 22 de Septiembre de 2020, XXV Ordinario, Salterio I
HORA TERCIA, Martes 22 de Septiembre de 2020, XXV Ordinario, Salterio I
LAUDES, oración de la mañana, Martes 22 de Septiembre de 2020, XXV Ordinario, Salterio I
OFICIO DE LECTURA, Martes 22 de Septiembre de 2020, XXV Ordinario, Salterio I

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 240 de 365

2 Macabeos 5–6
Sabiduría 4,1-6
Lucas 13

21-09-2020

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Lunes, 21 de septiembre, 2020

Hoy es la fiesta de San Mateo. El cambio que él vivió en su vida nos hace ver hasta qué punto el Espíritu Santo puede modificar nuestros planes y llevarnos a dónde no imaginamos.

Mateo era un cobrador de impuestos, alguien tan enamorado del dinero que era capaz de aceptar cualquier trabajo, aunque tuviera que explotar a su propio pueblo para enriquecerse. Ciertamente, los pobres pescadores de Galilea habrán sentido un fuerte rechazo hacia este explotador que estaba al servicio del poder extranjero.

Por eso, en la conversión de Mateo se manifiesta lo que puede llegar a hacer el Espíritu Santo en un corazón humano, la maravillosa liberación que puede producirse cuando alguien se deja tocar y seducir por su fuego. Porque aquel esclavo de las seguridades económicas, al escuchar el «sígueme» de Jesús, abandonó la mesa de cobrador de impuestos y lo siguió (Mateo 9,9). Mateo era uno de esos pecadores que Jesús quería convertir, y por eso se acercaba a él y lo invitaba a seguirlo.

El Evangelio de San Mateo se detiene a narrar la cercanía de Jesús con los pecadores, su compasión y su amor, porque esa actitud de Jesús fue la que él mismo reconoció en sus ojos y en su voz cuando Jesús pasó por su mesa de cobrador de impuestos, y simplemente le dijo sígueme.

Sólo el Espíritu Santo nos hace capaces de escuchar ese llamado y de seguirlo hasta el fin.
✨️✨

Oraciones y reflexión (Padre Sam), Lunes 21 de septiembre del 2020

Reflexión | No trabajes para el enemigo
Laudes
Visperas
Completas
Rosario
Coronilla de la Divina Misericordia

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 239 de 365

2 Macabeos 3–4
Sabiduría 3
Lucas 12,32-59