09-10-2020

*Los cinco minutos del Espíritu Santo*

_Viernes, 9 de octubre, 2020_

Cuando fuimos formados en el seno de nuestra madre, el Espíritu Santo colocó en nosotros muchas capacidades, que ni siquiera imaginamos. La mayoría de las personas muere sin haber desarrollado una mínima parte de todas esas capacidades que el Espíritu Santo les regaló. Porque son como semillas de cosas buenas que necesitan nuestra decisión y nuestra cooperación para desarrollarse.

Es una pena que tantas cosas bellas queden atrofiadas y escondidas, porque servirían para mejorar el mundo a nuestro alrededor.

Invoquemos al Espíritu Santo, para que podamos explotar toda esa potencia de vida, de luz y de bien que llevamos dentro; para que no nos despreciemos a nosotros mismos ni pensemos que tenemos poco para dar.

No vamos a ser más fuertes si nos guardamos todo eso. Al contrario, porque las cosas más hermosas que llevamos dentro sólo se desarrollan si las ejercitamos y las compartimos. Entonces, seremos más débiles y más pobres si las dejamos escondidas y no las ofrecemos al mundo.

Demos gracias al Espíritu Santo, que nos ha llenado de riqueza interior, y pidámosle que nos fecunde con su gracia para que desarrollemos todo lo que ha puesto en nosotros.
✨🕊️✨

Evangelio del Día

Padre Luis Maldonado

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Lucas 11, 15-26

En aquel tiempo, cuando Jesús expulsó a un demonio, algunos dijeron: “Éste expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa.

Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: “Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.

Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.

Cuando el espíritu inmundo sale de un hombre, anda vagando por lugares áridos, en busca de reposo, y al no hallarlo, dice: ‘Volveré a mi casa, de donde salí’. Y al llegar, la encuentra barrida y arreglada. Entonces va por otros siete espíritus peores que él y vienen a instalarse allí, y así la situación final de aquel hombre resulta peor que la de antes”.
Palabra del Señor.

—————————
Reflexión del Evangelio
El Reino de Dios ha llegado a vosotros
El camino de seguir a Jesús no es un camino fácil. Encontramos obstáculos interiores y exteriores que buscan apartarnos de Jesús. El gran obstáculo exterior, según el evangelio de hoy, es el demonio, cuya misión principal es seducirnos, apartarnos de Jesús y obligarnos a caminar por el camino que él nos traza. El demonio es insistente, no se cansa en querer adueñarse de nuestra casa, de nuestro corazón, una y mil veces. Y aunque le hayamos expulsado de nuestro corazón no deja de insistir: “Volveré a la casa de donde salí”, y, si le dejamos, entrará.

Una de las tareas de Jesús es expulsar al demonio de los que están poseídos por él. Busca convencernos de que su camino es mucho mejor que el que nos ofrece el demonio para vivir nuestra vida con alegría, sentido y esperanza. Es el camino del Reino de Dios. “Si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros”. Jesús nos pide que dejemos que Dios, nuestro Padre, el que es el Amor, sea nuestro Rey, el que rija y dirija todos nuestros pasos por su propio camino, que es el camino del amor.

Coronilla de la Divina Misericordia
Laudes
Visperas
Completas

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 257 de 365

Job 38–39
Sabiduría 12,1-11
Lucas 24,1-27