02-11-2020

*Los cinco ninutos del Espíritu Santo*

_Lunes, 2 de noviembre, 2020_

_“Gloria a ti, Espíritu Santo, mi Dios infinito y bello. Señor deslumbrante, vestido de inmensa luz. Esta pequeña criatura quiere adorarte y reconocer tu grandeza._
_Me postro ante ti Señor, y te pido que toques mi corazón, que abras mis labios y me regales el don de saber adorarte._
_No permitas, Dios mío, que me encierre en mis preocupaciones y penas, no dejes que mi boca se llene sólo de lamentos._ _Ayúdame a salir de mí mismo para alabarte a ti, que eres digno de toda alabanza, mi Dios y mi Señor amado._
_Santo eres, bendito seas, alabado y glorificado seas por tu hermosura, por tu fuerza, por tu bondad, por tu inmensa paz. A ti sea la gloria por siempre._
_Señor, quiero entregarme a la vida, porque también hoy estaremos juntos._ Estarás conmigo, Espíritu _Santo, y con tu amistad yo puedo enfrentar todo lo que suceda. Podré ver en todo lo que me suceda una oportunidad, un sueño, un desafío._
_Escucho tu invitación a la vida, y quiero decirte que sí, Espíritu Santo._ _Aunque he vivido muchos días grises, llenos de fracaso, hoy quiero intentarlo una vez más, para que todo lo que me suceda pueda ser transformado por tu amistad._
_Ven Espíritu Santo._
_Amén.”_
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Evangelio del Día

Padre Luis Maldonado

Evangelio de Juan 11,17-27.

En aquel tiempo, cuando Jesús llegó a Betania, se encontró con que Lázaro llevaba ya cuatro días en el sepulcro. Betania estaba cerca de Jerusalén como a unos quince estadios. Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano. Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa. Marta dijo a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas». Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará». Marta le respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día». Jesús le dijo: «Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?» Ella le respondió: «Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo». Palabra del Señor.

Reflexión del Papa Francisco.

Entre ayer y hoy tantos visitan el cementerio que, como dice esta misma palabra, es lugar de reposo, en espera del despertar final. ¡Es bello pensar que será Jesús mismo a despertarnos! Y eso podemos verlo a través de las lecturas de hoy.

Jesús mismo ha revelado que la muerte del cuerpo es como un sueño del cual Él nos despierta. Con esta fe nos detenemos, también espiritualmente, ante las tumbas de nuestros seres queridos, de cuantos nos han querido y nos han hecho el bien. Pero hoy estamos llamados a recordar a todos, también aquellos que nadie recuerda. Recordemos a las víctimas de las guerras y de las violencias, a tantos «pequeños» del mundo aplastados por el hambre y por la miseria.

Recordemos a los anónimos que reposan en el osario común. Recordemos a los hermanos y las hermanas asesinados por ser cristianos; y a cuantos han sacrificado su vida por servir a los demás. Confiemos al Señor especialmente a cuantos nos han dejado en el curso de este último año.

La tradición de la Iglesia ha exhortado siempre a rezar por los difuntos, en particular, ofreciendo por ellos la Celebración Eucarística: esa es la mejor ayuda espiritual que nosotros podemos dar a sus ánimas, particularmente a aquellas más abandonadas…

[…] El recuerdo de los difuntos, el cuidado de los sepulcros y los sufragios, son testimonio de una confiada esperanza, radicada en la certeza de que la muerte no es la última palabra sobre el destino humano, porque el hombre está destinado a una vida sin límites, que tiene su raíz y su cumplimiento en Dios.

Laudes
Visperas
Completas

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 281 de 365

Isaías 52,13–55,13
Eclesiástico 5,1–6,1
Hebreos 8