06-11-2020

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Viernes, 6 de noviembre, 2020

El segundo don del Espíritu Santo es el entendimiento, que ilumina la inteligencia. Es la capacidad de captar algo de las verdades más profundas de la fe, la habilidad para entender el sentido más profundo de la Palabra de Dios. Pero no es un don de los estudiosos, porque el Espíritu Santo puede derramar este don de una manera preciosa en una persona que ni siquiera sepa leer y que no haya recibido ninguna instrucción. Esa persona, aunque no sepa explicar con claridad lo que sabe, puede poseer una gran intuición espiritual que le permite entender las cosas más altas y más sublimes de la fe cristiana.

Cuando uno trata de estudiar, de profundizar su fe, o de comprender la Biblia, tiene que invocar al Espíritu Santo para que derrame este don con mayor intensidad; porque nuestra mente, sin la luz del Espíritu Santo, nada puede comprender de los misterios de la fe.
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Evangelio del Día

Padre Luis Maldonado

Evangelio de Lucas 16,1-13.

En aquel tiempo, Jesús dijo también a sus discípulos: «Había un hombre rico que tenía un administrador, al cual acusaron de malgastar sus bienes. Lo llamó y le dijo: «¿Qué es lo que me han contado de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no ocuparás más ese puesto». El administrador pensó entonces: «¿Qué voy a hacer ahora que mi señor me quita el cargo? ¿Cavar? No tengo fuerzas. ¿Pedir limosna? Me da vergüenza. ¡Ya sé lo que voy a hacer para que, al dejar el puesto, haya quienes me reciban en su casa!» Llamó uno por uno a los deudores de su señor y preguntó al primero: «¿Cuánto debes a mi señor?» «Veinte barriles de aceite», le respondió. El administrador le dijo: «Toma tu recibo, siéntate en seguida, y anota diez». Después preguntó a otro: «Y tú, ¿cuánto debes?» «Cuatrocientos quintales de trigo», le respondió. El administrador le dijo: «Toma tu recibo y anota trescientos». Y el señor alabó a este administrador deshonesto, por haber obrado tan hábilmente. Porque los hijos de este mundo son más astutos en su trato con los demás que los hijos de la luz. Pero yo les digo: Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes? Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero». Palabra del Señor.

Meditación del evangelio
Es posible que la primera vez que leímos esta parábola de Jesús nos chocó un tanto, porque da la impresión de que alaba la injusticia del administrador. Pero no es así. Lo que alaba es su astucia, su sagacidad para salir del trace en que se había metido. Jesús, que tenía los ojos bien abiertos, ya se daba cuenta de que en su tiempo “los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz”. Y animaba a “los hijos de la luz”, y nos anima también a nosotros sus seguidores del siglo XXI, no a que seamos injustos, sino astutos y sagaces a la hora de vivir nuestro cristianismo, a la hora de predicar su evangelio, su buena noticia. Nos pide que empleemos todas nuestras fuerzas, todos nuestros resortes, todos nuestros talentos, todos los dones que él nos ha dado para vivir como cristianos con todo lo que eso significa. “Somos hijos de la luz”, extendámosla ante un mundo muchas veces en tinieblas.

El Angelus
Coronilla de la Misericordia
Visperas
Completas
Laudes

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 285 de 365

Isaías 62–64
Eclesiástico 7,18-36
Hebreos 12

Misa desde Magdala