30-08-2020

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🔥LOS CINCO MINUTOS DEL ESPÍRITU SANTO🔥

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“Ven Espíritu Santo. Tu amor me contiene y me eleva.Pero muchas veces las preocupaciones de la vida me tiran abajo, como si no tuviera tu amor. Y algunas veces me dejo llevar por la angustia cuando los problemas no son tan grandes.Dame un corazón más agradecido, para que pueda vivir con más optimismo, sin dejar que se me amargue el alma por las cosas que me pasan. Porque siempre, en medio de los problemas, hay muchos regalos de tu amor.Ayúdame a descubrirlos, Espíritu que sostienes mi vida.Ven Espíritu Santo, una vez más quiero dejar ante ti todo lo que me preocupa, y confiar en tu ayuda.Te entrego mi salud, mi hogar, mis tareas, mis proyectos. Quiero que te hagas presente en todos los momentos, que me protejas, y que lleves todo a un buen puerto.Y te agradezco, Espíritu de amor, por todo lo que me has dado. Por el aire, las personas que me ayudan y me alientan, el corazón que late, la sangre, la piel, las sensaciones agradables, y tantas simples cosas que llenan cada día de mi vida.Gracias, Espíritu Santo.Amén”.

Padre Luis Maldonado

Santo Evangelio de hoy – Mateo 16,21-27.

Evangelio de hoy Lectura del Santo Evangelio de hoy domingo 30 de agosto (El que quiera salvar su vida la perderá):

En aquel tiempo, Jesús comenzó a anunciar a sus discípulos que debía ir a Jerusalén, y sufrir mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar al tercer día. Pedro lo llevó aparte y comenzó a reprenderlo, diciendo: «Dios no lo permita, Señor, eso no sucederá». Pero él, dándose vuelta, dijo a Pedro: «¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres. Entonces, Jesús dijo a sus discípulos: El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que tome su cruz y me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí, la encontrará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Porque el Hijo del hombre ha de venir rodeado de la gloria de su Padre, en compañía de sus ángeles, y entonces dará a cada uno lo que merecen sus obras. Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de ver al Hijo del hombre, cuando venga en su Reino.» Palabra del Señor.

Reflexión del Evangelio de hoy por el Papa Francisco.

«¿De qué te sirve ganar el mundo entero, si pierdes tu vida?».

Sobre la lectura del Evangelio de hoy, Cristo nuestro Señor, Rey eterno, llama a cada uno de nosotros diciéndonos: «Quien quisiere venir conmigo, ha de trabajar conmigo, porque siguiéndome en la pena, también me siga en la gloria»:

Ser conquistado por Cristo para ofrecer a este Rey toda nuestra persona y toda nuestra fatiga; decir al Señor querer hacer todo para su mayor servicio y alabanza, imitarle en soportar también injurias, desprecio, pobreza.

(…) Dejarse conquistar por Cristo significa tender siempre hacia aquello que tenemos de frente, hacia la meta de Cristo y preguntarse con verdad y sinceridad: ¿Qué he hecho por Cristo? ¿Qué hago por Cristo? ¿Qué debo hacer por Cristo? (cf. EE, 53)

En el Evangelio de hoy, Jesús nos dice: «Quien quiera salvar su vida la perderá, pero el que pierda su vida por mi causa la salvará… Si uno se avergüenza de mí…». (Lucas 9,23-26). Y así sucesivamente…

La invitación que hace Jesús es la de no avergonzarse nunca de Él, sino seguirle siempre con entrega total, fiándose y confiándose a Él.

Pero contemplando a Jesús, como nos enseña San Ignacio de Loyola en la Primera Semana, sobre todo contemplando al Cristo crucificado, sentimos ese sentimiento tan humano y tan noble que es la vergüenza de no estar a la altura; contemplamos la sabiduría de Cristo y nuestra ignorancia, su omnipotencia y nuestra debilidad, su justicia y nuestra iniquidad, su bondad y nuestra maldad.

A través de la meditación del Evangelio de hoy, vamos a pedir la gracia de la vergüenza; vergüenza que me llega del continuo coloquio de misericordia con Él; vergüenza que nos hace sonrojar ante Jesucristo; vergüenza que nos pone en sintonía con el corazón de Cristo que se hizo pecado por mí; vergüenza que pone en armonía nuestro corazón en las lágrimas y nos acompaña en el seguimiento cotidiano de mi Señor.

Y esto nos lleva siempre a la humildad, a vivir esta gran virtud. Humildad que nos hace conscientes cada día de que no somos nosotros quienes construimos el Reino de Dios, sino que es siempre la gracia del Señor que actúa en nosotros; humildad que nos impulsa a ponernos por entero no a nuestro servicio o al de nuestras ideas, sino al servicio de Cristo y de la Iglesia, como vasijas de barro, frágiles, inadecuados, insuficientes, pero en los cuales hay un tesoro inmenso que llevamos y comunicamos. (Homilía del Evangelio de hoy. Santa Marta, 31 de julio de 2013.)

Oraciones y reflexión (Padre Sam) Domingo 30 de agosto del 2020:

Reflexión | Síndrome de Pedro:

Laudes:
Vísperas:
Completas:
Fundamento bíblico de los sacramentos | Orgullosamente católico (Ep. 2):
Rosario:
Coronilla de la Divina Misericordia:

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 217 de 365

Judit 9–11
Eclesiastés 1
Lucas 2,1-35