24-09-2020

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Jueves, 24 de septiembre, 2020

No podemos olvidar que Jesús nos ha dejado un precioso regalo que nos ayuda a tomar conciencia de que él está: su presencia en la Eucaristía.

El Espíritu Santo es el que convierte el pan en Jesús. Por eso, en la Misa, el sacerdote invoca al Espíritu Santo para que descienda sobre los dones del altar.

Entonces, podemos pedirle al Espíritu Santo que nos ilumine, para reconocer la presencia de Jesús en la Eucaristía y para que podamos encontrarnos con él.

Cuando nos ponemos a orar frente al sagrario, o cuando lo contemplamos en una adoración eucarística, podemos reconocerlo a Jesús presente frente a nosotros, dispuesto a entablar un diálogo cercano, íntimo, sincero. Y aunque a Jesús podemos encontrarlo en todas partes, su presencia en la Eucaristía es la más perfecta de todas.

Por eso, si deseamos estar en su presencia, no hay nada mejor que invocar al Espíritu Santo, y colocarnos frente a la Eucaristía, mirarlo, dejarnos mirar por él, hablarle de nuestras cosas, escuchar su delicada voz.

Ese momento puede llenarnos de fuerza y de paz, porque de la Eucaristía brota la vida del Espíritu Santo; allí se derrama el Espíritu para nosotros.
✨🕊️✨

Evangelio del Día

Padre Luis Maldonado

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 7-9
En aquel tiempo, el rey Herodes se enteró de todos los prodigios que Jesús hacía y no sabía a qué atenerse, porque unos decían que Juan había resucitado; otros, que había regresado Elías, y otros, que había vuelto a la vida uno de los antiguos profetas.
Pero Herodes decía: “A Juan yo lo mandé decapitar. ¿Quién será, pues, éste del que oigo semejantes cosas?”. Y tenía curiosidad de ver a Jesús.
Palabra del Señor.
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Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
La persona de Jesucristo tiene como como mayor expresión de amor acercarse a los pecadores y redimirlos. Hoy el Evangelio nos comenta acerca de Herodes y termina diciendo que tenía curiosidad de verlo. Esa misma curiosidad es la curiosidad que podemos sentir nosotros.
El gran problema es que Herodes no estuvo preparado para tener un encuentro con Jesucristo. En el relato de la pasión el Evangelio dice que Jesús no respondió a ninguna de sus preguntas (Lucas 23, 9.). Esto nos recuerda que, para tener ese encuentro personal con Dios, necesitamos purificar nuestra intención y dejarle saber que lo estamos buscando a Él y no a nosotros mismos. Nuestra oración humilde y sencilla se vuelve la oración preferida por Dios en cualquier momento en el cual queramos hablar con Él.

«Saben a dónde ir —grandes teólogos, grandes—, pero no van. También de esto podemos aprender una lección. En la vida cristiana no es suficiente saber: sin salir de uno mismo, sin encontrar, sin adorar, no se conoce a Dios. La teología y la eficiencia pastoral valen poco o nada si no se doblan las rodillas; si no se hace como los Magos, que no sólo fueron sabios organizadores de un viaje, sino que caminaron y adoraron. Cuando uno adora, se da cuenta de que la fe no se reduce a un conjunto de hermosas doctrinas, sino que es la relación con una Persona viva a quien amar. Conocemos el rostro de Jesús estando cara a cara con Él. Al adorar, descubrimos que la vida cristiana es una historia de amor con Dios, donde las buenas ideas no son suficientes, sino que se necesita ponerlo en primer lugar, como lo hace un enamorado con la persona que ama.»
(Homilía de S.S. Francisco, 6 de enero de 2020).

Laudes
Oficio de Lectura
Visperas
Completas
Hora Tercia
Hora Sexta
Hora Nona
Rosario
Oración de San Miguel Arcangel

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 242 de 365

2 Macabeos 9–10
Sabiduría 4,16-20
Lucas 15

Celebración Eucarística desde Jerusalén