07-10-2020

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Los cinco minutos del Espíritu Santo

Miércoles, 7 de octubre, 2020

«Espíritu Santo,
fuente de la paz verdadera, ven.
Pacifica mis miedos.
Ven Espíritu Santo.
Pacifica mis ansiedades.
Ven Espíritu Santo.
Pacifica mis obsesiones.
Ven Espíritu Santo.
Pacifica mis remordimientos.
Ven Espíritu Santo.
Pacifica mis malos recuerdos.
Ven Espíritu Santo.
Pacifica mis insatisfacciones.
Ven Espíritu Santo.
Pacifica mis rencores.
Ven Espíritu Santo.
Pacifica mis tristezas.
Ven Espíritu Santo.
Pacifica mis nerviosismos.
Ven Espíritu Santo.
Pacifica toda mi vida.
Ven Espíritu Santo.
Amén.»
✨🙏🏼✨

Evangelio del Día

Padre Luis Maldonado

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Lucas 11, 1-4

Un día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos”.

Entonces Jesús les dijo: “Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquel que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación”.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Es una de las mayores ganancias de la revelación contemplar el hecho de que Dios es nuestro padre. Primero es mi padre, qué maravilla el poder llamar a Dios padre, no solo como un decir, sino que de verdad lo es. Cuan grande orgullo el poder ser hijo de tal padre. Parte de este ser hijo es la fraternidad porque el ser hijo de Dios significa ser hermano. No podemos vivir solos ni siquiera pensando que Dios es la única persona que importa en nuestra vida. Existen mis hermanos también, con sus cualidades y defectos, no puedo vivir deseando ser hijo único, que no existan los demás. Esta tarea de ser hermano nos enseña a compartir, poner los propios talentos al servicio de otros, saber acompañar, rezar juntos, etc. Aunque al inicio nos cueste es una tarea hermosa.

Cristo nos invita a rezar sin hacer mucho ruido; nos equivocamos si creemos que mientras más fuerte sea nuestra voz Él nos escuchará y hará caso a lo que queramos. No necesitamos palabras o frases elaboradas para impresionarlo, sino que, como hijos, Él es capaz de reconocer nuestra voz en medio de gritos y una multitud. La palabra «padre» pronunciada por un hijo es el mayor grito del corazón al cual Dios nunca sería indiferente.

Laudes
Visperas
Completas

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 255 de 365

Job 32–34
Sabiduría 11,1-14
Lucas 23,1-25