19-10-2020

*Los cinco minutos del Espíritu Santo*

_Lunes, 19 de octubre, 2020_

Cuando sentimos que nuestra vida es algo mediocre, a veces nos surge el deseo de hacer algo grande, llamativo, extraordinario. Y envidiamos a las personas que se destacan.

Pero como no nos sentimos capaces de cambiar completamente de vida o de dar grandes pasos, entonces optamos por quedarnos cómodos en nuestra mediocridad.

Sin embargo, el Espíritu Santo por lo general no quiere ninguna de las dos cosas, porque sabe que nosotros cambiamos dando pequeños pasos, llegamos poco a poco a las cosas grandes a través de cambios pequeños que se van sumando y nos van modificando lentamente.

No es o todo o nada. Es poco a poco.
Los seres humanos tenemos la tendencia permanente a clausurarnos en lo que ya hemos conseguido, y a quedarnos cómodos en la normalidad que vivimos. Por eso mismo un pequeño paso siempre es en realidad algo inmenso. Podríamos decir que el Espíritu Santo exulta de gozo infinito cada vez que nosotros damos un pequeño paso: cada vez que nos decidimos a pedir perdón por nuestros pecados, cada vez que damos una limosna, cada vez que visitamos a alguien que nos necesita, cada vez que entramos a una iglesia sólo dos minutos a decirle algo al Señor. Todo eso que a nosotros nos parece demasiado simple o que no vale mucho, sí que vale. No será todo lo que se puede hacer, pero en este momento es todo, porque es lo que puedo hacer.

Dejemos que el Espíritu Santo nos impulse a dar esos pequeños pasos, y no nos resistamos pensando que son pequeños o inútiles.
✨️✨

Evangelio del Día

Padre Luis Maldonado

Evangelio de Lucas 12,13-21.

En aquel tiempo, uno de la multitud le dijo a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia». Jesús le respondió: «Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?» Después les dijo: «Cuídense de toda avaricia, porque aun en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas». Les dijo entonces una parábola: «Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: «¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha». Después pensó: «Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida». Pero Dios le dijo: «Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?» Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios». Palabra del Señor.

—————————
Reflexión del Papa Francisco.

Acumular es precisamente una cualidad del hombre, y que hacer las cosas y dominar el mundo también es una misión. Y esta es la lucha de cada día: cómo administrar las riquezas de la tierra bien, para que estén orientadas al Cielo y se conviertan en riquezas del Cielo.

Cuando el Señor bendice a una persona con riquezas: lo hace administrador de aquellas riquezas para el bien común y para el bien de todos, no para el propio bien. No es fácil convertirse en un administrador honrado, porque existe siempre la tentación de la avidez, de ser importante. El mundo te enseña esto y nos lleva por este camino.

Si yo uso lo que el Señor me ha dado para el bien común, como administrador, esto me santifica, me hará santo… Todos los días debemos preguntarnos: «¿Dónde está tu tesoro? ¿En las riquezas o en esta administración, en este servicio para el bien común?»

Administrar la riqueza es un despojarse continuamente del propio interés y no pensar que estas riquezas nos darán la salvación.

Laudes
Visperas
Completas

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 267 de 365

Isaías 23 – 24
Sabiduría 17, 11-20
1 Pedro 2