
Los cinco minutos del Espíritu Santo
Domingo, 18 de octubre, 2020
«Ven Espíritu Santo, porque todavía llevo algunos sueños dentro de mí, algunos proyectos escondidos, algunos deseos interiores. Son esas inquietudes que me mantienen vivo y despierto. Ven Señor, para que no se apaguen esos sueños, y para que nazcan otros proyectos nuevos, más bellos todavía.
Porque dentro de mí está siempre clamando ese llamado a crecer que tú has colocado en mi corazón. Y yo sé que si no crezco me debilito, que el agua estancada se echa a perder.
Por eso, ven Espíritu Santo, no permitas que me detenga, que me encierre, que me limite. Estoy llamado a más, y quiero ir por más.
Inúndame con ese empuje divino de tu gracia, para que avance decidido hacia nuevos horizontes. Con serenidad, con mucha paz, sin obsesiones, pero también con un incontenible entusiasmo.
Ven Señor de la vida, ven.
Amén.»
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Padre Luis Maldonado
*Evangelio de Mateo 22-15-21.*
En aquel tiempo, Los fariseos se reunieron entonces para sorprender a Jesús en alguna de sus afirmaciones. Y le enviaron a varios discípulos con unos herodianos, para decirle: «Maestro, sabemos que eres sincero y que enseñas con toda fidelidad el camino de Dios, sin tener en cuenta la condición de las personas, porque tú no te fijas en la categoría de nadie. Dinos qué te parece: ¿Está permitido pagar el impuesto al César o no?.» Pero Jesús, conociendo su malicia, les dijo: «Hipócritas, ¿por qué me tienden una trampa? Muéstrenme la moneda con que pagan el impuesto». Ellos le presentaron un denario. Y él les preguntó: «¿De quién es esta figura y esta inscripción?» Le respondieron: «Del César». Jesús les dijo: «Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios». _Palabra del Señor._
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*Reflexión del Papa Francisco.*
Los que dicen falsedades, no aman la verdad, solo se aman a sí mismos, y así tratan de engañar, de envolver al otro en su falsedad, en su mentira. Tienen un corazón mentiroso, no pueden decir la verdad».
Es justamente el lenguaje de la corrupción, de la hipocresía. La hipocresía no es un lenguaje de verdad, porque la verdad nunca va sola. Va siempre con el amor. No hay verdad sin amor. El amor es la primera verdad. Si no hay amor, no hay verdad.
Estos, los hipócritas, los corruptos, quieren una verdad esclava de sus propios intereses. Hay un amor, podemos decir, pero es el amor a sí mismos. Esta idolatría narcisista que los lleva a traicionar a los demás, los lleva a los abusos de la confianza. Esos que hoy se acercan a Jesús y parecen tan amables en su lenguaje, son los mismos que el jueves por la noche irán a capturarlo al Huerto de los Olivos y el viernes lo llevarán ante Pilatos.
Jesús, en cambio, pide exactamente lo contrario a los que lo siguen, un lenguaje: «sí, sí, no, no», una palabra de verdad y con amor. La amabilidad que Jesús quiere de nosotros no tiene nada de adulación, de este modo azucarado de ir adelante. Nada. La amabilidad es simple; como la de un niño. Y un niño no es hipócrita, porque no es corrupto.
Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 266 de 365
Isaías 20–22
Sabiduría 17,1-10
1 Pedro 1