03-09-2020

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Los cinco minutos del Espíritu Santo

Jueves, 3 de septiembre, 2020

El futuro a veces nos despierta mucha inseguridad. No sabemos qué será de nosotros el día de mañana, y a veces nos imaginamos encerrados en un asilo de ancianos, en un lugar oscuro y desagradable. O pensamos en la posibilidad de enfermarnos gravemente y que los demás no nos cuiden, y terminar abandonados.

Estos y otros pensamientos a veces tiñen el futuro de tristeza o de inquietud.

Pero tenemos que creer en la Palabra de Dios, donde él amablemente nos dice: «No te dejaré ni te abandonaré» (Hebreos 13,5), y nos recuerda que «nada podrá separarnos del amor de Dios» (Romanos 8,39).

Si creemos en esas promesas, podemos saber con seguridad que el Espíritu Santo estará de verdad con nosotros, en toda circunstancia. Por eso, no importa tanto cómo será nuestro futuro ni lo que nos sucederá. Es más importante sentirnos seguros sabiendo que no estaremos solos. De eso podemos tener certeza.
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Padre Luis Maldonado

Santo Evangelio de hoy – Lucas 5,1-11.

Evangelio de hoy Lectura del Santo Evangelio de hoy jueves 3 de septiembre (La Pesca milagrosa):

“En aquel tiempo, una multitud se amontonó alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Navega mar adentro, y echen las redes». Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes». Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: «Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador». El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres». Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.» Palabra del Señor.

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Reflexión del Evangelio de hoy por el Papa Francisco.

«Reconocer los propios pecados te lleva al encuentro con Dios.»

Sobre la lectura del Evangelio de hoy, vemos que Pedro experimenta el encuentro con Cristo viendo su propio pecado: ve la fuerza de Jesús y se ve a sí mismo. Se inclina a sus pies diciendo: «Señor, aléjate de mí, porque soy un pecador». En este encuentro entre Cristo y mis pecados está la salvación

El lugar privilegiado para el encuentro con Jesucristo son los propios pecados. Si un cristiano no es capaz de sentirse precisamente pecador y salvado por la sangre de Cristo, de este Crucificado, es un cristiano a mitad de camino, es un cristiano tibio.

Cuando nosotros encontramos Iglesias decadentes, cuando encontramos parroquias decadentes, instituciones decadentes, seguramente los cristianos que están allí no han encontrado jamás a Jesucristo o se han olvidado de aquel encuentro con Jesucristo.

La fuerza de la vida cristiana y la fuerza de la Palabra de Dios está precisamente en aquel momento donde yo, pecador, encuentro a Jesucristo y aquel encuentro da un vuelco a la vida, cambia la vida. Y te da la fuerza para anunciar la salvación a los demás. A través de las palabras del Evangelio de hoy, debemos preguntarnos también nosotros:

«¿Soy capaz de decir al Señor:Soy pecador?.» No en teoría, ¿sino confesando el pecado concreto?.
¿Soy capaz de creer que precisamente Él, con su Sangre, me ha salvado del pecado y me ha dado una vida nueva?
¿Tengo confianza en Cristo?.
¿De qué cosas puede jactarse un cristiano? De dos cosas: de los propios pecados y de Cristo crucificado. (Reflexión del Evangelio de hoy. Ángelus, 04 de septiembre de 2014.)

Oraciones y reflexión (Padre Sam) Jueves 03 de septiembre del 2020

Reflexión | No te rindas
Laudes
Vísperas
Completas
¿Por qué veneramos a María? | Orgullosamente católico (Ep. 4)
Rosario
Coronilla de la Divina Misericordia

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 221 de 365

Ester 3–5
Eclesiastés 5
Lucas 4,1-30