10-09-2020

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Jueves, 10 de septiembre, 2020

Cuando alguien se detiene a pensar en su infelicidad, en sus fracasos, en las cosas que soñó y no logró, en sus insatisfacciones. ¿Para qué gastar el tiempo y las energías en esos pensamientos?

Hay que invocar al Espíritu Santo para poder adorar al Padre Dios. Lo importante es que existe él y es infinitamente feliz. Él es pura felicidad, sin límites ni confines. Existe la felicidad perfecta, que es él. Yo puedo recibir gotitas de esa felicidad, y estoy llamado a una felicidad inmensa. Pero lo más importante es que él es feliz, inmensa y maravillosamente feliz, que en él hay un gozo ilimitado.

Sólo una persona sanada y liberada por el Espíritu Santo es capaz de disfrutar con la felicidad de otro, sin estar pensando en lo que no tiene. Por eso, sólo el Espíritu Santo puede enseñarnos a adorar. La adoración es extasiarme en la belleza y en la felicidad de Dios, de tal manera que pueda desprenderme de mi propio yo por un instante. Sólo cuenta él, sólo Dios. Pidamos al Espíritu Santo que nos enseñe el arte de la adoración.
✨🕊️✨

Evangelio del Día

Santo Evangelio de hoy – Lucas 6,27-38.

Evangelio de hoy Lectura del Santo Evangelio de hoy jueves 10 de septiembre (Cómo podemos tener amor a los enemigos) En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

“Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, rueguen por los que los maltratan. Al que te golpea en una mejilla, preséntale también la otra. Al que te arrebata el manto, entrégale también el vestido. Da al que te pide, y al que te quita lo tuyo, no se lo reclames. Traten a los demás como quieren que ellos les traten a ustedes. Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué mérito tienen? Hasta los malos aman a los que los aman. Y si hacen bien a los que les hacen bien, ¿qué gracia tiene? También los pecadores obran así. Y si prestan algo a los que les pueden retribuir, ¿qué gracia tiene? También los pecadores prestan a pecadores para que estos correspondan con algo. Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada a cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande, y serán hijos del Altísimo, que es bueno con los ingratos y los pecadores. Sean compasivos como es compasivo el Padre de ustedes. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará; se les echará en su delantal una medida colmada, apretada y rebosante. Porque con la medida que ustedes midan, serán medidos ustedes» Palabra del Señor.

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Reflexión del Evangelio de hoy por el Papa Francisco.

«Un sacrificio que agrada mucho a Dios: Amar a los enemigos»

De una manera particular, la lectura del Evangelio de hoy se centra en cuatro detalles para vivir la vida cristiana: «ama a tus enemigos, haz el bien a los que te odian, bendice a los que te maldicen, ora por los que te maltratan».

Debemos seguir el camino que nos indica el Padre Celestial: el de la misericordia y el de la paz interior. Esto es así: a no acusar, maldecir y tratar de hacer daño al otro, de lo contrario, entramos en la lógica destructiva del gran acusador.

El Señor siempre nos muestra cómo debería ser la vida de un discípulo, a través, por ejemplo, de las Bienaventuranzas o las Obras de Misericordia.

Los cristianos nunca deben entrar en el chisme o en la lógica de los insultos, que lo único que genera es guerra. Por el contrario, debemos buscar siempre tiempo para orar por las personas molestas.

La lógica cristiana va contra corriente y sigue la locura de la Cruz. El objetivo final es llegar a comportarse como hijos de nuestro Padre: «Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso».

Y en el Evangelio de hoy, vemos que este es el camino, el camino que va en contra del espíritu del mundo, que piensa lo contrario, que no acusa a los demás. Porque entre nosotros está el gran acusador, el que siempre nos acusa ante Dios, para destruirnos. Satanás: él es el gran acusador.

Y cuando yo entro en esta lógica de acusar, maldecir, tratar de hacer daño a otro, entro en la lógica del gran acusador que es destructivo. Quien no conoce la palabra misericordia, no la conoce, porque nunca la ha vivido. (Homilía del Evangelio de hoy. Santa Marta, 13 de septiembre de 2018.)

Oraciones y reflexión (Padre Sam) Jueves 10 de septiembre del 2020

Reflexión | Amar no es sólo «sentir bonito
Laudes
Visperas
Completas
Rosario
Coronilla de la Misericordía

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 228 de 365

1 Macabeos 5
Eclesiastés 12
Lucas 7, 24-50

09-09-2020

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Los cinco minutos del Espíritu Santo

Miércoles, 9 de septiembre, 2020

«Espíritu Santo, tú eres Dios. Hoy vengo a pedirte perdón por las veces que te he ofendido.
Confío en tu misericordia sin límites, en tu compasión que nunca se acaba, y te pido que me perdones por mis caídas. Porque no fui más generoso, porque no siempre me entregué con alegría, porque me dejé llevar por la negatividad o la tristeza, porque en mi interior alimenté algún desprecio y rechazo hacia otras personas.
Perdóname y purifícame, Espíritu Santo.
También te pido perdón por las veces que no me dejé inspirar por ti, que no me dejé llevar, que me resistí a tus invitaciones, que preferí quedarme cómodo en mi mediocridad y cerré mis oídos a tus llamados.
Te pido perdón, sabiendo que me darás la gracia para volver a comenzar, para seguir intentando los cambios que me propones en mi interior.
Gracias, Espíritu Santo, porque nunca dejas de confiar en mí.
Amén.»
✨🕊️✨

Evangelio del día san Lucas 6, 20-26 Miércoles 2020-09-09 Mons. Fabio Martínez Castilla

Padre Luis Maldonado

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Lucas 6, 20-26

En aquel tiempo, mirando Jesús a sus díscípulos, les dijo: “Dichosos ustedes los pobres, porque de ustedes es el Reino de Dios. Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, porque serán saciados. Dichosos ustedes los que lloran ahora, porque al fin reirán.

Dichosos serán ustedes cuando los hombres los aborrezcan y los expulsen de entre ellos, y cuando los insulten y maldigan por causa del Hijo del hombre. Alégrense ese día y salten de gozo, porque su recompensa será grande en el cielo. Pues así trataron sus padres a los profetas.

Pero, ¡ay de ustedes, los ricos, porque ya tienen ahora su consuelo! ¡Ay de ustedes, los que se hartan ahora, porque después tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ríen ahora, porque llorarán de pena!

¡Ay de ustedes, cuando todo el mundo los alabe, porque de ese modo trataron sus padres a los falsos profetas!”.
Palabra del Señor.

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Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En un mundo que busca el poseer hasta más no poder y que no se queda solo en tener cosas, sino que va más allá y busca poseer personas, aquí es donde Cristo nos invita a ver qué son las «cosas» que más necesitamos y que de verdad tienen un valor, no solo para este mundo sino para el cielo. Es un sentirse pleno sin tener nada y saber que lo único que importa es estar y tener el cielo.

En un mundo que huye del dolor y de la necesidad Cristo nos invita a experimentar, de vez en cuando, qué se siente ser pobre y sufrir las consecuencias con alegría. Hay que reconocer que algunas de nuestras necesidades no se llenan solo con pan, sino que son más profundas y nos ayudan a darnos cuenta de lo que es importante.

En un mundo que busca la alegría, aunque sea solo superficial, y aborrece estar triste a toda costa, Cristo nos invita a aprovechar esos momentos en que estamos decaídos para acercarnos a toda la gente que sufre y llora sin tener a alguien que los consuele, y para que podamos unirnos a ellos a través de Él que es el mediador de todos los hombres.

Hasta cierto punto parece que no pertenecemos a un mundo así, pero el misterio del hombre es ser del cielo viviendo en la tierra, porque, aunque ser cristiano sea ir contracorriente es necesario que lo seamos porque el mundo no sería el mismo sin cristianos comprometidos. Ante los insultos y el ser aborrecidos por todos, no debemos caer en las trampas del enemigo que nos hace ver solo lo temporal y olvidar que nuestra vida va más allá, va al cielo y la eternidad.

«Jesús declara bienaventurados a los pobres, a los hambrientos, a los afligidos, a los perseguidos; y amonesta a los ricos, saciados, que ríen y son aclamados por la gente. La razón de esta bienaventuranza paradójica radica en el hecho de que Dios está cerca de los que sufren e interviene para liberarlos de su esclavitud; Jesús lo ve, ya ve la bienaventuranza más allá de la realidad negativa. E igualmente, el “¡ay de vosotros!”, dirigido a quienes hoy se divierten sirve para “despertarlos” del peligroso engaño del egoísmo y abrirlos a la lógica del amor, mientras estén a tiempo de hacerlo.»

(Homilía de S.S. Francisco, 17 de febrero de 2019).

Oraciones y reflexión (Padre Sam) Miércoles 09 de septiembre del 2020

Reflexión | Examen de conciencia
Laudes
Visperas
Completas
Los «Hijos de María | Orgullosamente católico (Ep. 7)
Rosario
Coronilla de la Divina Misericordia

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 227 de 365

1 Macabeos 4
Eclesiastés 11
Lucas 7,1-23

08-09-2020

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Martes, 8 de septiembre, 2020

En Juan 14,21-26 leemos unas preciosas promesas que nos hablan de la intimidad de Dios en nuestros corazones. Los que aman a Dios se convierten en verdaderos templos de la presencia del Padre y de Jesús. Sólo esa presencia de amor hace posible cumplir de verdad los mandamientos, vivir lo que el Señor nos pide.

Pero luego aparece alguien más haciéndose presente en la intimidad de los creyentes: el Padre enviará el Espíritu Santo. Él es el que enseñará todo a los discípulos para que puedan comprender las enseñanzas de Jesús.

En realidad el Espíritu Santo no enseñará cosas que Jesús no haya dicho, sino que recordará y hará comprender en profundidad las palabras de Jesús.

Jesús sabe que los discípulos no pueden comprender todas sus palabras, pero les promete que cuando llegue el Espíritu Santo él les hará alcanzar la verdad completa (Juan 16,13). En realidad este texto dice «los conducirá en la Verdad completa».

Y como en el Evangelio de Juan la Verdad es el mismo Jesús, esto significa que el Espíritu Santo nos conduce dentro del misterio de Jesús para que podamos comprenderlo plenamente. No significa entonces que el Espíritu Santo nos da algo que Jesús no nos puede dar, o que nos enseña cosas que Jesús no nos enseñó. En realidad lo que él hace es recordarnos las enseñanzas de Jesús e introducirnos dentro del misterio de Jesús para que podamos comprender mejor sus palabras y amarlo más.

El Espíritu Santo nos lleva a Jesús, nos acerca más a él, nos hace entrar en él. Y en cada momento de nuestra vida él nos recuerda las palabras de Jesús para que iluminen nuestra existencia y nos permitan seguir el buen camino. Por eso Jesús dice que el Espíritu Santo «no hablará por su cuenta» (Juan 16,13).

En todo lo que el Espíritu Santo hace está dando gloria a Jesús, ya que lo que él comunica es lo que recibe de Jesús (v. 14), así como Jesús comparte todo con el Padre amado (v. 15).
✨🕊️✨

Padre Luis Maldonado

Santo Evangelio de hoy – Mateo 1,1-16.18-23.

Evangelio de hoy Lectura del Santo Evangelio de hoy martes 8 de septiembre (La Natividad de la Santísima Virgen María. La concepción virginal y el nacimiento de Jesús): «Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; Esrón, padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé; Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asaf; Asaf, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amós; Amós, padre de Josías; Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo». Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados».Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emmanuel, que traducido significa: «Dios con nosotros.» Palabra del Señor.

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Reflexión del Evangelio de hoy por el Papa Francisco.

«Jesús es el sol y María la aurora que anuncia su amor»

Sobre la lectura del Evangelio de hoy, vemos la historia de María, preguntémonos si dejamos que Dios camine con nosotros. No se asusten de las cosas grandes, pero tengan también en cuenta las pequeñas, porque esto es divino. Y así es Dios, está en las cosas grandes, pero también en las pequeñas.

El Señor que camina con Dios es también el Señor de la paciencia. La paciencia de Dios. La paciencia que ha tenido con todas estas generaciones. Con todas estas personas que han vivido su historia de gracia y de pecado. Dios es paciente.

Dios camina con nosotros, porque Él quiere que todos nosotros lleguemos a ser conformes a la imagen de su Hijo. Y desde el momento en que nos ha dado la libertad en la creación, no la independencia, hasta hoy sigue caminando.

Hoy estamos en la antecámara de esta historia: el nacimiento de la Virgen. Y pedimos en la oración que el Señor nos dé unidad para caminar juntos y paz en el corazón…

A través del Evangelio de hoy, podemos ver a la Virgen, pequeñita, santa, sin pecado, pura, elegida para convertirse en la Madre de Dios y también ver esa historia que está detrás, tan larga, de siglos, y preguntarnos:

«¿Cómo camino yo en mi historia? ¿Dejo que Dios camine conmigo? ¿Dejo que Él camine conmigo o quiero caminar solo? ¿Dejo que Él me acaricie, me ayude, me perdone, me lleve adelante para llegar al encuentro con Jesucristo?».

Este será el fin de nuestro camino: encontrarnos con el Señor. Esta pregunta nos hará bien hoy: «¿Dejo que Dios tenga paciencia conmigo?».

Y así, viendo esta historia grande y también esta pequeña localidad, podemos alabar al Señor y pedirle humildemente que nos dé la paz, esa paz del corazón que solo Él nos puede dar. Que solo nos da cuando dejamos que Él camine con nosotros.» (Homilía del Evangelio de hoy. Santa Marta, 08 de septiembre de 2014.)

Jesús es el sol, María es la aurora que preanuncia su salida. Anoche velamos encomendando a su intercesión nuestra oración por la paz en el mundo, especialmente en Siria y en todo Oriente Medio.

La invocamos ahora como Reina de la Paz. Reina de la Paz ruega por nosotros. Reina de la Paz ruega por nosotros» (Homilía del Evangelio de hoy. Santa Marta, 08 de septiembre de 2013.)

Reflexión | ¿Por qué te recordarán?
Laudes
Visperas
Completas
Rosario
Coronilla de la Divina Misericordia

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 226 de 365

1 Macabeos 3
Eclesiastés 10
Lucas 6,35-49

07-09-2020

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Lunes, 7 de septiembre, 2020

Es bueno dejar entrar al Espíritu Santo en toda nuestra vida. No para que nos ayude a descubrir qué debemos hacer o decir, sino también para que nos haga ver cuál es la mejor manera de hacerlo o de decirlo, cuál es el estilo y la modalidad que más nos conviene imprimirle a nuestros actos. Podemos pedirlo con las palabras del Cardenal Verdier:

«Espíritu Santo,
Amor del Padre y del Hijo,
Inspírame siempre lo que deba pensar;
lo que deba decir,
y cómo tenga que decirlo;
lo que deba callar;
lo que deba escribir;
lo que deba hacer,
y cómo tenga que hacerlo.
Para obtener tu gloria,
el bien de los demás
y mi propia santificación._
Amén.»
✨🙏🏼✨

Evangelio del Día

Padre Luis Maldonado

Santo Evangelio de hoy – Lucas 6,6-11.

Evangelio de hoy Lectura del Santo Evangelio de hoy lunes 7 de septiembre (La curación de un hombre en sábado):

“En aquel tiempo, en otro día sábado, Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y quédate de pie delante de todos». Él se levantó y permaneció de pie. Luego les dijo: «Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?» Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: «Extiende tu mano». Él la extendió y su mano quedó curada. Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.» Palabra del Señor.
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Reflexión del Evangelio de hoy por el Papa Francisco.

«Es tan feo ser un cristiano que vive en la hipocresía.»

Sobre la lectura del Evangelio de hoy, Jesús pregunta a los fariseos: «¿Está permitido curar en sábado o no?», pero ellos no responden. Y entonces Jesús toma de la mano al enfermo y lo cura. Los fariseos puestos ante la verdad, callaban, pero luego chismeaban a sus espaldas… buscaban la forma de que cayera.

Jesús reprende a esa gente que estaba tan apegada a la ley, que se había olvidado de la justicia, e incluso negaba la ayuda a los padres ancianos con el pretexto de haberlo dado todo como donativo para el Templo. Pero, a través de la lectura del Evangelio de hoy, ¿quién es más importante? ¿El cuarto mandamiento o el Templo?

Jesús nos toma de la mano y nos sana.

Jesús se acerca: la cercanía es la prueba de que vamos por el camino verdadero. Porque es precisamente el camino que Dios ha elegido para salvarnos: la cercanía. Él se acercó a nosotros, se hizo hombre.

La carne: la carne de Dios es el signo; la carne de Dios es el signo de la verdadera justicia. Dios que se hizo hombre como uno de nosotros, y nosotros que tenemos que hacernos como los otros, como los necesitados, como aquellos que necesitan nuestra ayuda.

La carne de Jesús, es el puente que nos acerca a Dios, no la letra de la ley: no. Por medio del Evangelio de hoy, podemos apreciar que, en la carne de Cristo, la ley tiene su cumplimiento pleno y es una carne que es capaz de sufrir, que ha dado su vida por nosotros.

Que estos ejemplos, este ejemplo de cercanía de Jesús, del amor, de la plenitud de la ley nos ayuden a no caer nunca en la hipocresía: nunca. Es tan feo ser un cristiano hipócrita. Tan feo. Que Dios nos salve de esto. (Homilía del Evangelio de hoy. Santa Marta, 31 de octubre de 2014.)

Oraciones y reflexión (Padre Sam) Lunes 07 de septiembre del 2020

Reflexión | Ni Jesús logró caerle bien a todos
Laudes
Visperas
Completas
¿Un cabello en la Biblia me protege contra el coranovirus?
Rosario
Coronilla de la Divina Misericordia

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
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Día 225 de 365

1 Macabeos 2
Eclesiastés 9
Lucas 6,1-34

06-09-2020

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Domingo, 6 de septiembre, 2020

A veces realizamos nuestras tareas por obligación, porque no tenemos otra salida, porque no hemos encontrado algo mejor. Entonces, simplemente toleramos lo que nos toca realizar.  

Otras veces comparamos nuestras tareas con las que realizan otras personas, y entonces nos parece que lo que hacemos tiene poco valor.

Eso nos hace daño, porque convierte nuestra actividad en un tiempo vacío, sin Espíritu; un tiempo que esperamos que pase, que soportamos. Es como si ese tiempo no nos sirviera para nada, y simplemente deseamos que se termine para poder hacer algo que valga la pena.

Pero no dejemos que ese tiempo pase en vano. Ya que nos toca hacer una tarea, hagámosla con ganas, ofreciéndola a Dios, encontrándole alguna belleza. Si no lo logramos, pidámosle al Espíritu Santo que se haga presente en medio de ese trabajo, y nos ayude a vivirlo como un servicio. Hay miles de maneras de servir a Dios y a los demás. Ese trabajo también es un servicio, y el Espíritu Santo puede ayudarnos a que nos sintamos agradecidos porque podemos prestar ese servicio, porque podemos hacer algo con nuestro cuerpo y con nuestras capacidades. 

Clamemos al Espíritu Santo, para que nos regale esa alegría de servir con nuestras humildes tareas.

Padre Luis Maldonado

Santo Evangelio de hoy – Mateo 18,15-20.

Evangelio de hoy Lectura del Santo Evangelio de hoy domingo 6 de septiembre (Dios siempre está entre nosotros cuando nos reunimos en su Nombre):

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano. Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo. Yo les aseguro también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos.» Palabra del Señor.
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Reflexión del Evangelio de hoy por el Papa Francisco.

«Don dos o tres se reúnen en el nombre de Jesús, allí está Dios.»

Sobre la lectura del Evangelio de hoy, les exhorto a cuidarse con amor los unos a los otros, en particular a los más débiles. (…) es un camino exigente, a lo largo del cual un hermano o una hermana pueden encontrar dificultades imprevistas.

En estos casos ejercitar la paciencia y la misericordia por parte de la comunidad es signo de madurez en la fe. No se debe forzar la libertad de cada uno, y hay que respetar también la eventual elección de quien decidiera buscar, fuera del Camino, otras formas de vida cristiana que le ayuden a crecer en su respuesta a la llamada del Señor.

A través de la lectura del Evangelio de hoy, queridas familias, queridos hermanos y hermanas, os aliento a llevar el Evangelio de Jesucristo a todas partes, incluso a los ambientes más descristianizados, especialmente a las periferias existenciales.

Evangelizad con amor, llevad a todos el amor de Dios. Decid a quienes encontraréis en los caminos de vuestra misión que Dios ama al hombre así como es, incluso con sus límites, con sus errores, también con sus pecados. Por esto envió a su Hijo, para que Él cargara sobre sí nuestros pecados. Sed mensajeros y testigos de la infinita bondad y de la inagotable misericordia del Padre (Homilía del Evangelio de hoy. Santa Marta, 1 de febrero de 2014.)

Reflexión | Corregir no es criticar
Laudes
Visperas
Completas
Rosario
Coronilla de la Divina Misericordia

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
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Día 224 de 365

1 Macabeos 1
Eclesiastés 8
Lucas 5, 27-39

05-09-2020

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Los Cinco Minutos del Espíritu Santo

Sábado, 5 de septiembre, 2020

Hay una forma de alcanzar una inmensa paz: consagrarse al Espíritu Santo y aceptar que haga lo que quiera, que nos lleve donde quiera, que disponga de nuestra vida como le parezca. En realidad, eso será lo mejor para nosotros.

Esto no significa que el Espíritu Santo nos enviará sufrimientos. De ninguna manera. Pero, si él permite que nos sucedan cosas propias de la vida, él hará que eso sea para nuestro bien. Intentemos rezar con el corazón esta oración del Cardenal Mercier:

«Espíritu Santo,
alma de mi alma, yo te adoro.
Ilumíname,
guíame,
fortaléceme,
consuélame,
inspírame lo que debo hacer.
Te pido que dispongas de mí,
porque prometo obedecerte
y aceptar todo lo que permitas que me suceda.
Sólo hazme conocer tu voluntad.
Amén.»
✨🙏🏼✨

Padre Luis Maldonado

Santo Evangelio de hoy – Lucas 6,1-5.

Evangelio de hoy Lectura del Santo Evangelio de hoy sábado 5 de septiembre (El Hijo del hombre es el Señor del sábado):

“Un sábado, en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos arrancaban espigas y, frotándolas entre las manos, las comían. Algunos fariseos les dijeron: «¿Por qué ustedes hacen lo que no está permitido en sábado?.» Jesús les respondió: «¿Ni siquiera han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros tuvieron hambre, cómo entró en la Casa de Dios y, tomando los panes de la ofrenda, que solo pueden comer los sacerdotes, comió él y dio de comer a sus compañeros?» Después les dijo: El Hijo del hombre es dueño del sábado.» Palabra del Señor.

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Reflexión del Evangelio de hoy por el Papa Francisco.

«Los 4 tipos de cristianos que hacen daño a la Iglesia.»

Sobre la lectura del Evangelio de hoy, Jesús se presenta como algo más respecto a ayer y dice: Yo soy el Señor, el Señor también del sábado. Jesús es el centro, es el Señor. Jesús es el Señor en cuanto que es Quien tiene el poder, la gloria, quien tiene la victoria. Es el único Señor.

(…) Jesús es el centro que nos regenera y nos funda en la fe. En cambio los fariseos ponían en el centro de su religiosidad muchos mandamientos.

Y en el Evangelio de hoy, Jesús dice de ellos: Imponen cargas en la espalda de la gente. Si no está Jesús en el centro, hay otras cosas. Y en el día de hoy encontramos a muchos cristianos sin Cristo, sin Jesús. Por ejemplo:

  1. Los que tienen la enfermedad de los fariseos y son cristianos que ponen su fe y su religiosidad, su cristiandad, en muchos mandamientos: Ah, debo hacer esto, debo hacer lo otro. Cristianos de actitudes, o sea, que hacen cosas porque se tienen que hacer, pero en realidad no saben por qué lo hacen.
  2. Los que buscan solo devociones, muchas devociones, pero Jesús no está. Y entonces te falta algo, hermano. Te falta Jesús. Si tus devociones te llevan a Jesús, entonces bien. Pero si te quedas ahí, entonces algo no marcha.
  3. Los que buscan cosas un poco raras, un poco especiales, los que van detrás de las revelaciones privadas, mientras que la Revelación se concluyó con el Nuevo Testamento. Estos cristianos tienen el deseo de ir al espectáculo de la revelación, a oír cosas nuevas. Pero toma el Evangelio.
  4. Los que se perfuman el alma, pero no tienen virtudes porque no tienen a Jesús.

¿Cuál es entonces la regla para ser cristiano con Cristo? ¿Y cuál es el signo de que una persona es un cristiano con Cristo? Se trata de una regla muy sencilla: es válido solo lo que te lleva a Jesús, y solo es válido lo que viene de Jesús.

Jesús es el centro, el Señor, como Él mismo dice. Así que si algo lleva o viene de Jesús, ve adelante, pero si no viene o no lleva a Jesús, entonces es un poco peligroso. (Homilía del Evangelio de hoy. Santa Marta, 07 de septiembre de 2013.)

Reflexión | Sólo el amor convence
Laudes
Vísperas
Completas
Respondiendo preguntas | Orgullosamente católico (Ep. 5)
Rosario
Coronilla de la Divina Misericordia

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 222 de 365

Ester 9–10
Eclesiastés 7
Lucas 5,1-26

04-09-2020

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Viernes, 4 de septiembre, 2020

Recordemos que la mejor manera de prepararnos para el futuro es vivir bien el presente. No sabremos amar en el futuro si hoy no amamos, a estas personas concretas, en estas circunstancias que nos tocan vivir. No seremos personas alegres mañana si no intentamos encontrar hoy, aunque sea una pizca de alegría, en este momento que nos toca vivir. No sabremos disfrutar mañana, si hoy al menos no hacemos lo posible para gozar de las pequeñas cosas.

Que el futuro no nos encuentre vacíos. Para eso, hay que detenerse a invocar al Espíritu Santo pidiéndole que venga a derramar cosas buenas en la vida que estamos viviendo ahora. De esa manera, si ahora aprendemos a vivir un poco mejor, eso nos hará fuertes y nos preparará para vivir un futuro más bello y lleno de cosas buenas.

Con el Espíritu Santo podemos preparar el futuro viviendo con ganas este día.
✨🕊️✨

Santo Evangelio de hoy – Lucas 5,33-39.

Evangelio de hoy Lectura del Santo Evangelio de hoy viernes 4 de septiembre (No se pone el vino nuevo en odres viejos):

“En aquel tiempo, los escribas y fariseos dijeron a Jesús: «Los discípulos de Juan ayunan frecuentemente y hacen oración, lo mismo que los discípulos de los fariseos; en cambio, los tuyos comen y beben». Jesús les contestó: «¿Ustedes pretenden hacer ayunar a los amigos del esposo mientras él está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado; entonces tendrán que ayunar». Les hizo además esta comparación: «Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque se romperá el nuevo, y el pedazo sacado a este no quedará bien en el vestido viejo. Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres; entonces el vino se derramará y los odres ya no servirán más. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie, después de haber gustado el vino viejo, quiere vino nuevo, porque dice: El añejo es mejor.» Palabra del Señor.

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Reflexión del Evangelio de hoy por el Papa Francisco.

«Déjate renovar el corazón por la fuerza del Espíritu Santo.»

A través de la lectura del Evangelio de hoy, vemos que, ser cristiano, significa dejarse renovar por Jesús en esta nueva vida. Yo soy un buen cristiano, cada domingo, de 11 a mediodía voy a Misa, y hago esto, y hago lo otro… Como si se tratara de una colección.

Pero la vida cristiana no es un collage de cosas. Es una totalidad armónica, armoniosa, y la hace el Espíritu Santo. Lo renueva todo: renueva nuestros corazones, nuestras vidas y nos hace vivir en un estilo diferente, pero en un estilo que llena toda la vida.

No se puede ser cristiano en pedazos, a tiempo parcial. El cristiano a tiempo parcial, no va. Todo, la totalidad, a tiempo completo. Esta renovación la hace el Espíritu. Ser cristiano, al final, no significa hacer cosas, sino dejarse renovar por el Espíritu Santo, o, usando las palabras de Jesús, convertirse en vino nuevo.

El Evangelio de hoy es una novedad, pero en la misma ley que está en la historia de la Salvación. Y esta novedad va más allá de nosotros nos renueva y renueva las estructuras. Por eso Jesús dice que para el vino nuevo se necesitan odres nuevos.

En la vida cristiana, y también en la vida de la Iglesia, hay estructuras antiguas, estructuras caducas: ¡es necesario renovarlas! Y la Iglesia siempre ha estado atenta a esto, a través del diálogo, con las culturas …Siempre se deja renovar de acuerdo con los lugares, los tiempos y las personas. ¡Esto siempre lo ha hecho la Iglesia!

(…) El cristiano es un hombre libre con esa libertad que nos da Jesús, no es esclavo de hábitos, de estructuras, lo lleva adelante el Espíritu Santo. Aquel día de Pentecostés con los discípulos allí estaba la Virgen: Y dónde está la madre, los niños están a salvos. Todos.

Pidamos la gracia de no tener miedo a la novedad del Evangelio, de no tener miedo a la renovación que hace el Espíritu Santo, no tener miedo de dejar caer las estructuras obsoletas que nos aprisionan. Si tenemos miedo, sabemos que está con nosotros la Madre y como los niños con un poco de miedo, vamos hacia Ella y Ella nos custodia con su manto, con su protección de madre. Así sea. (Homilía del Evangelio de hoy. Santa Marta, 06 de julio de 2013.)

Reflexión | Lugares equivocados
Laudes
Vísperas
Completas
Rosario
Coronilla de la Divina Misericordia

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 222 de 365

Ester 6–8
Eclesiastés 6
Lucas 4,31-44

03-09-2020

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Los cinco minutos del Espíritu Santo

Jueves, 3 de septiembre, 2020

El futuro a veces nos despierta mucha inseguridad. No sabemos qué será de nosotros el día de mañana, y a veces nos imaginamos encerrados en un asilo de ancianos, en un lugar oscuro y desagradable. O pensamos en la posibilidad de enfermarnos gravemente y que los demás no nos cuiden, y terminar abandonados.

Estos y otros pensamientos a veces tiñen el futuro de tristeza o de inquietud.

Pero tenemos que creer en la Palabra de Dios, donde él amablemente nos dice: «No te dejaré ni te abandonaré» (Hebreos 13,5), y nos recuerda que «nada podrá separarnos del amor de Dios» (Romanos 8,39).

Si creemos en esas promesas, podemos saber con seguridad que el Espíritu Santo estará de verdad con nosotros, en toda circunstancia. Por eso, no importa tanto cómo será nuestro futuro ni lo que nos sucederá. Es más importante sentirnos seguros sabiendo que no estaremos solos. De eso podemos tener certeza.
✨🕊️✨

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Padre Luis Maldonado

Santo Evangelio de hoy – Lucas 5,1-11.

Evangelio de hoy Lectura del Santo Evangelio de hoy jueves 3 de septiembre (La Pesca milagrosa):

“En aquel tiempo, una multitud se amontonó alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Navega mar adentro, y echen las redes». Simón le respondió: «Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes». Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: «Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador». El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: «No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres». Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron.» Palabra del Señor.

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Reflexión del Evangelio de hoy por el Papa Francisco.

«Reconocer los propios pecados te lleva al encuentro con Dios.»

Sobre la lectura del Evangelio de hoy, vemos que Pedro experimenta el encuentro con Cristo viendo su propio pecado: ve la fuerza de Jesús y se ve a sí mismo. Se inclina a sus pies diciendo: «Señor, aléjate de mí, porque soy un pecador». En este encuentro entre Cristo y mis pecados está la salvación

El lugar privilegiado para el encuentro con Jesucristo son los propios pecados. Si un cristiano no es capaz de sentirse precisamente pecador y salvado por la sangre de Cristo, de este Crucificado, es un cristiano a mitad de camino, es un cristiano tibio.

Cuando nosotros encontramos Iglesias decadentes, cuando encontramos parroquias decadentes, instituciones decadentes, seguramente los cristianos que están allí no han encontrado jamás a Jesucristo o se han olvidado de aquel encuentro con Jesucristo.

La fuerza de la vida cristiana y la fuerza de la Palabra de Dios está precisamente en aquel momento donde yo, pecador, encuentro a Jesucristo y aquel encuentro da un vuelco a la vida, cambia la vida. Y te da la fuerza para anunciar la salvación a los demás. A través de las palabras del Evangelio de hoy, debemos preguntarnos también nosotros:

«¿Soy capaz de decir al Señor:Soy pecador?.» No en teoría, ¿sino confesando el pecado concreto?.
¿Soy capaz de creer que precisamente Él, con su Sangre, me ha salvado del pecado y me ha dado una vida nueva?
¿Tengo confianza en Cristo?.
¿De qué cosas puede jactarse un cristiano? De dos cosas: de los propios pecados y de Cristo crucificado. (Reflexión del Evangelio de hoy. Ángelus, 04 de septiembre de 2014.)

Oraciones y reflexión (Padre Sam) Jueves 03 de septiembre del 2020

Reflexión | No te rindas
Laudes
Vísperas
Completas
¿Por qué veneramos a María? | Orgullosamente católico (Ep. 4)
Rosario
Coronilla de la Divina Misericordia

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 221 de 365

Ester 3–5
Eclesiastés 5
Lucas 4,1-30

02-09-2020

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Miércoles, 2 de Septiembre, 2020

El Espíritu Santo no espera que nos obsesionemos buscando la perfección. Por eso dice la Biblia: «No quieras ser demasiado perfecto ni busques ser demasiado sabio. ¿Para qué destruirte?» (Eclesiastés 7,16).

No tienes por qué ser perfecto en todo, ni hacerlo todo bien, ni hacerlo todo ahora. Suelta ese falso ideal. Porque estás llamado a ser feliz en lo que haces, no a destruirte haciendo cosas. La base de todo cambio está en aceptarse serenamente a uno mismo. Eso brinda una calma interior para descubrir los pequeños pasos que podemos dar sin destruirnos. No conviene dar lugar a los reproches interiores que terminan bloqueando todo posible crecimiento. Porque no es cierto que si no cambias ese defecto, no sirves para nada. Ese cambio puede ser importante, pero mientras no lo logres hay muchas cosas bellas que puedes hacer. Tampoco es cierto que nunca vas a cambiar. El cambio llegará en el momento justo. Pero si te desprecias y te lastimas no te preparas para recibirlo.

Vivir culpándose a uno mismo no sirve para nada, no nos estimula ni nos ayuda a cambiar. El Espíritu Santo no quiere sentimientos de culpa sino buenos deseos. Por eso es tan importante mirarse a sí mismos con el amor compasivo y paciente del Señor, perdonarse, y liberarse de esos ideales de perfección que provocan permanentes sentimientos de culpabilidad y de inferioridad. Pidamos al Espíritu Santo que destruya esos sentimientos inútiles.
✨🕊️✨

Padre Luis Maldonado

Santo Evangelio de hoy – Lucas 4,38-44.

Evangelio de hoy Lectura del Santo Evangelio de hoy miércoles 2 de septiembre (Jesús sana y expulsa demonios donde iba):
«En aquel tiempo, cuando Jesús salió de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a servirlos. Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. De muchos salían demonios, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!» Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías. Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de ellos. Pero él les dijo: «También a las otras ciudades debo anunciar la Buena Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado». Y predicaba en las sinagogas de toda la Judea.» Palabra del Señor.
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Reflexión del Evangelio de hoy por el Papa Francisco.

«Jesús salva, sana, cura, consuela. Es el gran médico de almas.»

Sobre la lectura del Evangelio de hoy, observamos que Jesús, una vez entrado en la casa de Simón Pedro, ve que su suegra está en cama con la fiebre; inmediatamente le toma la mano, la cura y la hace levantar.

Luego del ocaso, cuando terminado el sábado la gente puede salir y llevarle a los enfermos, sana a una multitud de personas afectadas por las enfermedades de todo tipo: físicas, psíquicas y espirituales.

En el Evangelio de hoy, nos damos cuenta de que, Jesús ha venido al mundo para anunciar y salvar a cada hombre. Y a todos los hombres muestra una particular predilección por aquellos que están heridos en el cuerpo y en el espíritu: los pobres, los pecadores, los endemoniados, enfermos y marginados, revelándose médico de almas y cuerpo, buen Samaritano del hombre». Es el verdadero Salvador: Jesús salva, Jesús cura, Jesús sana.

Tal realidad de la curación de los enfermos por parte de Cristo nos invita a reflexionar sobre el sentido y el valor de la enfermedad.

(…) Jesús, enviando en misión a sus discípulos, les confiere un doble mandato: anunciar el Evangelio de la salvación y curar a los enfermos (Cfr. Mateo 10,7-8.) Fiel a esta enseñanza, la Iglesia siempre ha considerado la asistencia a los enfermos parte integrante de su misión.

«Los pobres y los enfermos estarán siempre con ustedes», enseña Jesús, (Cfr. Mateo 26,11) y la Iglesia continuamente los encuentra por su camino, considerando a las personas enfermas como un camino privilegiado para encontrar a Cristo, para acogerlo y para servirlo. Curar a un enfermo, acogerlo, servirlo, es servir a Cristo: el enfermo es la carne de Cristo.

(…) A través del mensaje del Evangelio de hoy, precisamos que, cada uno de nosotros, está llamado a llevar la luz de la Palabra de Dios y la fuerza de la gracia a aquellos que sufren y a cuantos los asisten, familiares, médicos, enfermeros, para que el servicio al enfermo se cumpla cada vez con más humanidad, con dedicación generosa, con amor evangélico, con ternura.

Recemos a María, «Salud de los enfermos», para que toda persona en la enfermedad pueda experimentar, gracias a la atención de quien le está cerca, la potencia del amor de Dios y la consolación de su ternura materna. (Reflexión del Evangelio de hoy. Ángelus, 08 de febrero de 2015.)

Oraciones y reflexión (Padre Sam) Miércoless 02 de septiembre del 2020

Reflexión | ¿Qué haces al salir de la iglesia?
Laudes
Visperas
Completas
Rosario
Coronilla de la Divina Misericordia:

Lectura completa de la Biblia en 365 días.
Fray Nelson Medina, O.P., lee contigo el texto completo de la Sagrada Escritura.
Día 220 de 365

Esther 1 – 2
Eclesiastés 4
Lucas 3, 15-38